Querida Dudas: Es posible que una persona esté llena de dudas y a contrapelo por dos diferentes razones. Una, porque esté pasando la noche oscura del alma, con lo cual se espera que tras la noche vendrá la luz radiante de la mañana. Dos, porque esté en un lugar donde no es bueno estar, donde no debería estar. En ese caso, no se espera que venga la radiante mañana, sino que el panorama se vuelva progresivamente oscuro.

Veamos, una cosa estar en una crisis vocacional donde uno tiene dificultades para la oración, para la humildad, para la obediencia o la castidad, sin que existan agentes exteriores que le estén fastidiando. Otra cosa es estar en una crisis de confianza en la institución que te ha reclutado, porque ves que hay cosas extrañas, que no te dan explicaciones claras, que te piden cosas discutibles, que dice una cosa y hace otra. En tu primer mensaje dabas una lista bastante contundente de razones para no confiar demasiado. Tú tienes la última palabra y la responsabilidad de actuar en conciencia, pero, por lo que cuentas, a mí me da la impresion de que lo tuyo NO es la noche oscura del alma, es lo mismo que nos ha pasado a casi todos los que estamos aquí, que hemos ido descubriendo poco a poco que nos han dado gato por liebre. No ha sido una crisis vocacional, ni una tentación del demonio, ha sido que se nos ha caído la venda de los ojos, tan simple como eso. Si lees lo que se ha estado escribiendo aquí en los últimos días te darás cuenta de cómo mienten, incluso cuando ni siquiera habría necesidad de mentir, de cómo manipulan.

Por último, lo de pedir una señal al Señor es como mínimo un paso muy arriesgado que muy poca gente te recomendaría. Dios no se maneja de formas tan susceptibles de error subjetivo. Lo que tu crees que es una respuesta afirmativa, otro podría interpretarla como un engaño del demonio. Insisto que la responsabilidad es tuya, pero ten cuidado. Me parece muy aconsejable que busques el asesoramiento de algún sacerdote imparcial, si puede ser un jesuita o un carmelita mucho mejor, para que te ayude a tener paz.

Con todo cariño, y no dudes de preguntar lo que quieras. No hay problema en conversar contigo y si prefieres hacerlo en correos privados igual.

Cuidate mucho.

Dionisio, el Areopagita.