En un baratillo de libros que ha puesto el kioskero de mi barrio me he comprado el libro ¿Hacia la Tercera República Española? del ínclito Rafael Calvo Serer (Plaza y Janés, 1977). En su introducción, el inquieto activista monárquico plantea una especie de ajuste de cuentas con los católicos que habían servido a la dictadura de Franco, a los que, como era de esperar, descalifica a efectos de “la construcción de la democracia”. Cita a unos cuantos de ellos, entre los que -¡vueltas que da la vida!- incluye a Leopoldo Calvo Sotelo; pero, sobre todo, cita minuciosamente las principales “organizaciones” de las que esos políticos “confesionales” procedían: Acción Católica, ACNP, Pax Romana, Asociación Católica de Padres de Familia….

Por supuesto, del ajuste de cuentas, y de la correspondiente descalificación, tampoco se libran los “tecnócratas” (los famosos Lópezes y sus compañeros de viaje). Ahora bien, éstos aparecen como simples patrocinados de Carrero Blanco, y no como vinculados a asociación confesional alguna; y así, no aparece para nada el sintagma Opus Dei.

Resulta, pues, que para Calvo Serer, devoto hijo del Padre, la Obra de éste nada tenía que ver con la política. Y eso no solo supone negar la evidencia contemporánea, sino también el ideal que Escrivá había inculcado a sus hijos: “Poner a Cristo en la cima de todas las actividades humanas”; es decir, una noble política, pero, al fin y al cabo, política.

Pepito