Al hilo de los escritos respecto al agotamiento físico, mental y espiritual que conlleva abandonar el Opus Dei copio parte de tu conversación para interés de los lectores:

“…¿No puedo simplemente irme sin escribir carta alguna, tomar mis pertenencias y dejar este lugar? Quiero hacer las cosas bien porque sigo pensando en la seriedad del compromiso que adquirí al hacerme fiel de la Prelatura pero no aguanto ya más el hablar con el Director y que me envíe a confesarme y nuevamente a charlar con él intentando le razone por qué quiero irme ¿Sabes?, Ya no puedo más. He comenzado a ir a un psiquiatra para calmar este enorme estrés. Me siento mareado, ya no sé qué es lo correcto. Me han ofrecido trasladarme a otra ciudad con empleo, un buen puesto y salario. Eso alegraría a mis padres. Mis padres… ¿Te he contado que mi madre es supernumeraria? Es otra de las razones por las que me veo obligado a seguir cumpliendo aunque mi padre y mis hermanos me alientan a tomarme un tiempo fuera de esta presión que me aplasta. Ella se va a ver afectada al igual que todas las personas que me conocen como fiel de la Prelatura. Seré un motivo de escándalo aunque no haya cometido nada grave contra Dios sino sólo el deseo dejar la Obra”.

Déjame decirte algunas cosas. Sí, una persona que se ha entregado a un ideal con buenas intenciones como tú, pasa por una etapa traumática en sus esfuerzos por dejar la Obra. Ya has manifestado a tu Director y Sacerdote que no quieres continuar y eso basta. Tu compromiso se basa en unos Estatutos que nunca leíste sino interpretado en el Catecismo de la Obra. Has de saber que los Estatutos no mencionan nada de escribir carta al Prelado. Ya has dicho que quieres marcharte. Eso basta. Nadie puede retenerte en contra de tu voluntad, es ilícito en la Tierra y en el Cielo. Esa aparente “caridad” de tus “hermanos” es un chantaje. Medítalo. Lee lo que me escribes. Demandarte explicaciones, que hables con el cura como si fuera un pecado pensar en irse, ofrecerte un mejor empleo, meter a tu madre en esto… ¡Es chantaje!, ¡Extorsión!, ¿Crees que así es la Iglesia para con sus fieles?, ¿Crees que así actuaría Jesús para con sus discípulos?

Escúchame: el Opus Dei no es la Iglesia, no es Dios en la Tierra ni en la Historia de la Humanidad. Es lo primero que tienes que arrancar de tu cerebro y dejar de tomar esas pastillas que obnubilan tu pensamiento. Suena a deslealtad, pero no lo es: sal de allí, con lo que tengas puesto. Estás impedido de pensar con tanta presión que ejercen sobre ti ¡Hasta has dejado de comulgar y no te dicen nada! ¿Te das cuenta que eres un caldero a presión y a nadie le interesa purgar el vapor para aliviarte sino aguantarlo, revientes y enfermes?, ¡Menuda caridad la de tu Director y cura! ¡Sé valiente! Se están sirviendo de haberte convertido en un alma pusilánime con toda la carga de adoctrinamiento que has recibido. Ayúdate de tus hermanos de sangre, de tu papá que están súper preocupados por ti. Ya se verá luego lo de tu mamá. El que ella te haya comentado que reza por tu fidelidad es señal que le han informado que estás en crisis, ¿Crees que eso es válido que el cura le suelte el chisme que rece por tu fidelidad y además te lo mande decir? No lo pienses más. Toma la decisión. Mientras más vuelta le des en la cabeza peor para ti.

Dime, cuando pitaste ¿Razonaste todas las implicancias de tu decisión?, ¡No!, ¡Te lanzaste como hicimos casi todos los que escribimos en esta Web! Razonar la vocación es manosearla y ser un “calculador”, ¿Verdad?, ¡Debíamos ser generosos y “dejar todas las cosas”! así nos lo clavaron en el cerebro y es justamente la cantidad de ideas encontradas lo que te atormenta. Eso lo hemos sufrido todos en mayor o menor grado y sin embargo ¡Lo hemos logrado! Has cumplido con todo lo que indican los compromisos que adquiriste. Por ese lado estate tranquilo. Lo que piensen los demás… usualmente te entierran, dejan de dar información de ti o comentan que te has marchado a otro país. Pronto te darás cuenta que no estás cometiendo ni traición ni pecado.

Ponte en contacto con un sacerdote que no sea de la Obra ni afín a ella. No te enfermes más ¡Sé valiente y decide por ti mismo! Cuentas con el soporte, oraciones y testimonios de miles de hombres y mujeres que han pasado exactamente lo mismo que tú y hasta cosas peores. Escríbeme o solicita a Agustina dirección de alguien más cercano a tu ciudad y te eche una mano.

Nicanor nicanor.wong@gmail.com