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 Correos: Un alboroto por salir corriendo.- Dionisio

020. Irse de la Obra
Dionisio :

Queridos amigos:

Comparto lo dicho por Agustina y otros en cuanto a que lo importante es irse, si uno cree que debe irse. Lo de menos es irse como un señor o señora. Hay que irse como sea. Como el que huye de un peligro mortal. Pensé que con lo que le respondí a Ruta dejaba clara la idea de que la pretensión de irse como un señor es bastante quimérica, ya que para irse en tales condiciones hay que reunir unos requisitos muy poco asequibles, hasta el punto de que yo calculo que no pasan del uno por mil.

Sin embargo, no me extraña que muchos de los que nos hemos ido, y de los que se irán, hayamos considerado la posibilidad de irnos en unas condiciones tan poco probables. De hecho, yo lo pensé, pero pronto vi claramente que jamás me dejarían irme como un señor, por eso me decidí por la opción de cortar por lo sano y desaparecer súbitamente. No me arrepiento de haberme ido así y respetando todas las opciones me parece la más recomendable para salir menos aporreado.

Decía que no me extraña porque después de haber estado en el lado oscuro una notable cantidad de años (en mi caso cerca de treinta) uno le coge cariño a muchas cosas, y a muchas personas, quienes decían estar unidos a ti con lazos más fuertes que los de la sangre, muchos que pensabas que, si no eran realmente hermanos, al menos eran amigos, o por lo menos camaradas. Aunque quieras dejar la institución atrás, la gente sigue estando en tu corazón. Pues cuando te vas esas relaciones se acaban o por lo menos se enturbian.

En segundo lugar viene el trabajo. Mucha gente en el lado oscuro trabaja para la organización. Casper lo señalaba con mucha claridad. El lado oscuro los necesita y no les da muchas facilidades para que se busquen la vida por su cuenta. No solo los necesita para la burocracia interna, sino para todas las empresas educativas que manejan y para la inmensa cantidad de actividades formativas que hay que atender para supernumerarios y para célibes. No todos en el lado oscuro han ganado unas oposiciones, o tienen un negocio propio, o una familia con negocios que los pueden emplear. Una gran parte de los que nos hemos ido, no sabría decir cuantos, hemos ido a parar a la dura calle, sin contactos, sin curriculum, sin justificación por años sin empleo reconocido, sin experiencia. A todos esos les interesa, a mí me hubiera interesado, salir como un señor, mantener mi empleo, mantener mis contactos, o al menos tener una separación gestionada con tiempo y con ayuda para que un día para otro no te dejes los dientes en el asfalto.

Es comprensible que muchos hayamos querido salir como un señor, o como una señora. Pero el lado oscuro no nos dio esa opción, ni se la dará a nadie que no esté en un privilegiado círculo económico y social que no necesita para nada salir como un señor. Esa es la realidad, dura, pero cierta. Pensar otra cosa es perder el tiempo.

Por otra parte hay que ser razonables. El lado oscuro no puede dejar que la mayoría de la gente se vaya bien, como señoras y señores. Si lo hiciera, si mañana leyeran en los círculos breves un aviso explicando los nuevos términos para los que pidieran salir como señores, habría una verdadera estampida. Un alboroto por salir corriendo. Ni se quedarían a rezar las preces.

Con todo cariño.

Dionisio, el Areopagita.




Publicado el Tuesday, 26 November 2013



 
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