Felicito a Gervasio por sus escritos. Son muy clarificadores, y ayudan a comprender porqué en el Opus Dei quienes se cuestionan la realidad de la instituión se dan de baja. Ciertamente, en los últimos años se ha producido en el Opus Dei (más parecido a una novedosa orden religiosa que a una diócesis) un abandono masivo de numerarios y agregados.

La razón de esas "deserciones" no hay que buscarla en supuestas "crisis de vocación" (pues no existe tal "vocación"), sino en argumentos más elementales. Cualquier persona mínimamente inteligente, que se consagra como numerario o agregado del Opus Dei, alguna vez en su vida se cuestiona la veracidad del fundamento histórico y teológico del Opus Dei. Leyendo, investigando y pensando se descubre que el sistema opusdeista en su conjunto está planteado sobre una gran mentira (y en este sentido son útiles las recientes aportaciones de Jaume Garcia Moles). Además, no es necesario ser un "premio Nóbel" para concluir que una institución que practica abusos contrarios a las normas de la Iglesia en materias tan sensibles como la confesión o la dirección espiritual no puede ser ni divina ni eclesial (cfr. advertencia hecha por Benedicto XVI al prelado del Opus Dei, y carta del prelado de octubre de 2011 burlando la corrección papal).

Todo numerario o agregado debe tomar en conciencia, en algún momento de su vida, una decisión sobre su permanencia en el Opus Dei. Quienes conservan inalteradas sus cualidades intelectuales, y que un buen día decidieron -coaccionados o no- ingresar en el Opus Dei, al discernir el sinsentido de sus existencias y las contradicciones inexplicables que se asumen viviendo de ese modo tan raro, suelen decidir liberarse de las cadenas, o hilillos sutilies, que arruinan a cualquier ser humano, y abandonan la prelatura. Miles de personas forman parte ya de este grupo en el mundo entero.

Los hay también, sobre todo entre los numerarios y agregados, que optan por seguir adelante en el camino que les señala el Opus Dei. El coeficiente intelectual de los de este grupo determina su actitud: los de bajo perfil intelectual son reconocibles por su fanatismo, sobre todo "proselitista", exacerbado; y quienes gozan de un percentil más alto de ese coeficiente emprenden la tortuosa y empinada vía de la "perseverancia empastillada". Así se entiende que entre los numerarios y agregados del Opus Dei haya tanta gente buena y sumamente lista que enferma mentalmente a edades tempranas. También esta puede ser la sencilla justificación de la existencia de tantísima gente buena y lista (entre los numerarios y agregados) que se va del Opus Dei sana y salva.

Desconcertado