zartan :
Acabo de tomarme una cervecita con mi buen amigo Armando.
Como sabréis, Armando es partidario de jubilar a Calandria, piensa que la susodicha escribe desde Perú y está (él) hasta las mismísimas soberanas narices de las cosas que nos dice nuestra querida pajarita (ella).
Empezamos hablando de otra cosa y mientras nos terminábamos nuestras respectivas cervezas acompañando un plato de hidrocarburos no saturados (esos que venden en Mercadona como productos preparados a partir de maíz y con los colorantes E-nosecuantos y etc.) hemos empezado hablando del estudio histórico de Jaume, nos hemos paseado por La Otra Orilla y de pronto ... ZAS... Calandria...
Yo tenía claro que ella salía hasta en la sopa pero no sabía que también estaba en la cerveza, paciencia.
Armando aducía como argumento de autoridad a Josef Kcnech y a otros insignes autores lo que ha hecho saltar inmediatamente mi telúrica condición de godo y consecuentemente a oponerme a todo e incluso a su contrario aun a costa de quedar en opinión minoritaria.
He intentado abrir los ojos de Armando para que capte la realidad pero nada, no he tenido éxito y eso que le he agrandado los ojos tanto que ahora son ojones pero... sigue insistiendo en que es una nume real y, además, que vive en Perú.
Por favor, dejen ya de molestar con si dejamos o no seguir escribiendo a nuestra insigne colaboradora, en realidad es un invento del numeroso departamento de marketing de Agustina. Cuando las colaboraciones empiezan a ser un poco demasiado profundas o el “rating” baja, llega ella y suelta algo del tipo “la dirección espiritual siempre ha sido totalmente libre. En mi centro, cada año organizamos un desfile de posibles directoras espirituales para que cada cual elija con quien quiere hacer la charla fraterna. Es totalmente falso que se imponga una directora” y ya están todos como tontos replicando durante un buen tiempo y la frecuencia de visitas a la página vuelve a subir. Esto es un jolgorio de respuestas, todos contentos y Agustina se forra gracias a la publicidad que tiene en la página.
Desciende de nuevo la audiencia y se lanza con un “Estos artículos, de los que está llena la web, ni los miro, ahora, porque ya los miré demasiado y he podido comprobar que todos terminan igual tienen el mismo corte y no son auténticos” y, lógicamente, todo bicho viviente que haya contado aquí algo que tiene clavado en el corazón y en la memoria, se sulfura (el rejalgar es un sulfuro) y de nuevo regresan al redil, reviven cosas que tenían casi olvidadas y vuelven a escribir.
En internet no vemos a las personas, cada cual se puede pintar como quiera sin mucho esfuerzo y yo estoy casi seguro al 100% que detrás de la colaboradora se esconde ni mas ni menos que Satur. Experto jugador de siete y medio, cuando ve que se está quedando corto nos da una de cal (en mi casa andan todas empastilladas) y si va a pasarse nos la da de arena (eso de los informes de conciencia era en los años cuarenta, desde entonces no se hace). Para él es fácil y ni siquiera tiene que depilarse las pantorrillas.
Satur, eres muy divertido cuando te acalandrias pero algunos preferimos y echamos de menos tu estilo original.
Zartan
Publicado el Monday, 02 September 2013
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