ana azanza :
Al hilo de la nueva anunciada
beatificación quería recordar el testimonio, no precisamente de un ex
resentido o de un ateo relativista o de uno cualquiera de los laicistas que
quieren destruir la iglesia católica.
Me refiero al relato de un cardenal primado de España sobre
determinados acontecimientos que no fueron nada banales y sí muy
determinantes para el momento que se vivía entonces en este país, a las puertas
de la salida de una dictadura y con la perspectiva de una época de más
libertad. La libertad siempre es sana para las personas, aunque no se propongan
llegar a los altares, y sólo quieran ser plenamente humanas.
En ese relato se señala directamente al santo y al
futuro beato. El futuro beato está señalado ya que entonces trabajaba en la congregación
del clero, y sólo alguien de esa congregación pudo perpetrar el uso del papel
timbrado de dicho departamento vaticano en fin de semana, con las oficinas
vacías, para enviar un documento que iba en contra de las esperanzas de la
opinión mayoritaria de la Asamblea de obispos y sacerdotes españoles. Con la
autoridad papal pero sin que el Papa se enterara perpetraron dicho
documento fantasma.
Por más vueltas que le doy no veo donde está lo
beatificable y lo canonizable en estos
comportamientos.
Ya se ve que las canonizaciones no se hacen yendo a
las bibliotecas y sacando los testimonios a la luz.
Con estos precedentes ¿a quién quieren engañar? Me
pregunto quién será el próximo santo
bala.
Se ha hablado de que este Papa quiere una iglesia
plural. Ojalá. El problema no es este Papa, el problema es que hay quien piensa
que tiene la única verdad católica y con estas santificaciones se les da la
razón. Si la gente huye de la iglesia y de la religión pienso que no hay que ir
a nidos de ateos a echarles la culpa.
Ana Azanza
Publicado el Wednesday, 10 July 2013
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