manzano :
Me daba
pereza escribir, mucha más si se trataba de no poder reprimir toda la ironía
que me inspiró la lectura del pintoresco artículo del ingeniero, doctor y
profesor Fronjosa.
Que no se me ofenda ahora, pero dicho así suena a personaje del TBO, revista de
humor española muy popular en nuestra infancia, dirigida a los niños y para el
disfrute también de los adultos que, por cierto, era realmente divertida y muy
ingeniosa.
Es
maravilloso que, de vez en cuando, algún elemento controlado (o incontrolado)
del opaco espacio escrivariano asome su formateada cabeza por estos lares y nos
cuente con pretendida autoridad intelectual que gracias a un neutralizador
básico descubrió el ácido...
El destino
se valió de un libro (“Contrapuntos,...”)
que critica a otro libro (“Camino”) para que al profesor Fronjosa se le
revelara que había sido escogido desde los inicios de todos los tiempos para
formar parte de una institución. Y se me ocurren muchas teorías al respecto,
también fechorías, pero vamos a dejarlo en el simple hecho de que al agradecer
él públicamente que exista esa devastadora crítica, según sus propias palabras,
al Opus Dei en el libro de
Mosén Dalmau, nos conforta, anima y confirma en nuestro empeño, para
que quizás alguien más pueda beneficiarse y descubra milagrosamente una ignota
“vocación” gracias y a través de Opuslibros.
Y todo eso a
pesar del mismo Opus Dei, pues a la pequeña y solitaria prelatura jamás le
gustó ni toleró siquiera ser mínimamente criticada. Una vez más cobra cuerpo y
sentido la célebre frase de Beuamarchais, “sin la libertad de la crítica, el
elogio no es válido”.
Y por la
parte que afecta a Opuslibros, vaya mi felicitación a su principal promotora
Agustina al verse también ahora reconocida en esa nueva faceta de su trabajo,
aunque el elogio que recibe constantemente de gente de “dentro” es de mucha
mayor importancia y lamentablemente no siempre puede verse publicado.
Los milagros
existen y para muestra el botón del profesor que, sin pretenderlo, nos da fe de
la bondad de que haya oposición y discrepantes puntos de vista -muy
autorizados- a la obra de Escrivá y la necesidad de la existencia de
contrapuntos. No podría despreciarse ni una sola "vocación" aunque
fuera descubierta por este medio. Hoy en día todavía menos.
Los caminos
del Señor son inescrutables y esperemos que nuestro erudito supernumerario lo
sepa hacer ver también a sus directores; seguro que dotes de persuasión como
docente y argumentos estructurales como ingeniero no le faltarán. Ya nos
contará el resultado.
¿A qué viene
lo de la abuela? Pues viene a que el profesor me ha recordado a mi santa y
querida abuela, la mejor abuela que jamás existió. Ni sus incontables arrugas
faciales, de las que no se avergonzaba pero no perdía ocasión para
reconocerlas, impedían que yo la considerara la más guapa. Hacía mucho que no
tenía un recuerdo para ella, a menudo nos olvidamos injustamente de nuestros
seres más queridos. Gracias profe.
Bien, pues
cuando de niños nos enfrascábamos a contar alguna historieta retorcida, digna
del TBO por cierto, muchas de las veces nuestros confidentes de la pandilla nos
escuchaban con muestras de aparente interés, ojos abiertos como platos y cara
de infinito asombro. De repente, el mayor o el que se creía más autorizado
terminaba la improvisada reunión con un: ¡anda ya,... eso se lo cuentas a tu
abuela! Pues eso.
Y que nadie
se atreva a meterse con mi “abuela guapa”, ¿eh?.
Manzano
Publicado el Wednesday, 12 June 2013
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