Queridos amigos,

he visto esta mañana los funerales de Margaret Thatcher. Durante la ceremonia fueron leídas algunas frases de Winston Churchill, a quien ella admiraba: la apología de la conciencia, el asco visceral por la duplicidad de vida. Lo que dijo el obispo de Londres tiene tal vez mucho interés también, por la misma razón.

El único guía para el hombre es su conciencia; la única protección para su memoria es la rectitud y la sinceridad de sus acciones. Es muy imprudente avanzar por la vida sin ese escudo, porque somos tantas veces escarnecidos por la falencia de nuestras esperanzas y por el desarreglo de nuestros cálculos; pero con este escudo, sea cual sea el destino, siempre marcharemos por los rangos del honor.

The only guide to man is his conscience; the only shield to his memory is the rectitude and sincerity of his actions. It is very imprudent to walk through life without this shield, because we are so often mocked by the failure of our hopes and the upsetting of our calculations; but with this shield, however the fates may play, we march always in the ranks of honor.

Carocha