Hace tiempo que no escribo pero sigo con expectación todo lo que aquí se cuece y considero que tengo una deuda de gratitud a esta web y, particularmente, a su coordinadora.

En ocasiones tengo que dejar de leer algunos testimonios porque me subo por las paredes de pura impotencia al comprobar que la secta sigue destruyendo vidas, familias y conciencias con absoluta impunidad.

De vez en cuando, así es la vida, hay motivos de enorme alegría como son, por ejemplo, la sentencia de la justicia francesa que recientemente hemos conocido. Me temo que la justicia en España no funciona, para desgracia de todos, de la misma manera (Me remito a lo que sucede en la cosa pública y, en la parte que nos toca, a la connivencia de jueces y magistrados con los poderes fácticos de siempre, entre los cuales, nuestros verdugos han sabido situarse en primera línea de combate). Mi tristeza ante la absurda sentencia contra esta página, pero no por ella nos acallarán sino todo lo contrario.

Otra alegría: la elección del Papa Francisco, sencillo, auténtico y ¡¡¡jesuíta!!!!!! Por fin, un cristiano de base en la cúpula de la malherida iglesia!!!! (antes de ser devorado por el monstruo, fui alumno de jesuítas durante tres años, guardo buen recuerdo de ellos y nunca jamás escuché allí nada contra el opus). En cambio, estando dentro, eran bien conocidas las directrices de Villa Tevere. A algunos compañeros de colegio que  acudían al centro a esos soporíferos círculos (y que tengo la convicción que sólo por amistad acudían a tal tortura), se les insistía para desvincularse del jesuitismo. Uno, en concreto, se plantó y me dijo que se quedaba con "los de siempre". Y bien que hizo.

Otro ejemplo de tolerancia por parte de esta congregación: Recientemente, en Granada, quise visitar su iglesia y con sorpresa vi que a la entrada había nada más y nada menos que hojas informativas por la beatificación de Alvaro del Portillo. Una de dos: o efectivamente son un ejemplo de tolerancia o fue un gol puntual del AOP opusina siempre metiendo las narices donde no les llaman. A pelotilleros no hay quien les gane (recordemos que algunos libros del Papa emérito aparecían en el índice y, al ser elegido el cardenal Bergoglio, les faltó tiempo para unirse a las intencionesdelromanopontífice).

En fin, ya veremos qué decide este buen señor pero  motivos para la excomunión del opus no le faltarán. Tiempo al tiempo.

Sí, la santa drag queen tenía razón: el mal de la iglesia está dentro y se llama opusdei.

Besabrazos y mi solidaridad con todos sin excepción,

Amandus