Felicidades, Agustina, pues por fin no eres el objetivo principal, ni la intención especial de estos últimos tiempos. Estos años han puesto en marcha a muchas “Enriqueta la tonta" para conseguir pararte los pies, y las manos. No han parado de "encomendar" y pedir por tu ruina económica, física y síquica.

El escrito ya famoso del Consejo refleja una preocupación extrema.  La de idas y venidas que ha tenido el expediente (es la carpetilla de plástico que va acumulando papeles, informes,... para al final ir pasando por despachos e ir firmando, anotando, borradores, nuevo paso por despachos, revisiones infinitas, bolis a colores para saber quien firma; en rojo siempre el prelado...) Me dicen que está lleno de colores, borradores, firmas, correcciones... ¡y opiniones!  

Como te decía estás de enhorabuena pues ahora la intención súper especial es muy otra: de cara al exterior pedir mucho, como siempre (subrayado) por el nuevo Papa, por lo difícil que se encuentra el patio, etc. etc. De cara adentro, TREMENDO. Jesuita, que por la edad bien conoce la historia no contada, que por su pastoral conoce de la actuación de la prelatura, que sabe del destrozo con los que no siguen... la sencillez y la pobreza...

Consecuencias, las hay y si esperan. Se están pensando en si seguir enseñando o no zonas de la sede prelaticia por los lujos y riquezas. Ni se les ocurre pedir al Papa que vaya a visitarles, como sí hicieron los dos papas anteriores, y peligran muchos cargos vaticanos.

El pensamiento interno, especialmente en Roma, es: esperemos, recemos, para que el Espíritu Santo le haga volver a la realidad, pues vivir la pobreza como San Francisco nos llevaría al hundimiento de la Iglesia. Los bienes son necesarios, para ayudar a más hemos de crear riqueza, también los ricos han de ir al cielo. Recemos para que vuelva a la liturgia tradicional, ¿pues qué es eso de dar la bendición en silencio? ¿qué respeto por los demás inclinándose como cualquier budista? ¿Qué es eso de perder el tiempo llamando a la casa general y no utilizar al secretario? ¿No sabe que el tiempo es gloria?...

Giovedi