Brisas :
A la vista de artículos como el de MF (28/06/2004) me pregunto, y lo hago con frecuencia, qué habría hecho yo si me encuentro esta página cuando todavía era miembro del Opus Dei y no era consciente de las incongruencias que luego vi. Porque, para que quede claro, cuando yo era del opus me creía lo que hacía y lo que vivía. Yo era como MF, y como tantos otros miembros de la obra que escriben aquí. No como todos, que hay algunas a las que no me parezco nada en absoluto.
Como uno de mis encargos era el apostolado de la opinión pública habría hallado en esta página un campo inmenso de trabajo. Me habría aplicado a ello con fruición. Seguro que pensaría que todos estaban equivocados y que sus escritos no eran más que fruto del humo de Satanás que luchaba contra mi "Madre Guapa".
He de confesar que antes de pedir la admisión leí uno de los libros de María Angustias Moreno, se llamaba "La otra cara del Opus Dei". Le comenté a la "gran amiga" que entonces tenía, y que me iba orientando hacía "mi vocación", mis reservas con respecto al opus, lógicas por otra parte. Me explicó que la pobre María Angustias era una enferma y que el demonio se valía de ella para hacer daño a la Iglesia. Decía que teníamos que rezar y desagraviar (¿a que esto os suena?) y que el Padre sufría muchísimo. Y yo me lo tragué. Vamos a ver, si hay quien compró la Torre del Oro de Sevilla y sólo esperaba a que se la empaquetasen ¿por qué yo no iba a creerme esto si me lo contaba una amiga que me quería mucho y sólo quería lo mejor para mí?.
A todo lo que he explicado se unían los medios de formación que de forma continua nos iban "adiestrando". La sensación que tengo, a la vista de los años, es que me transmitían un sentimiento de que el peligro me acechaba en cada esquina y que la única forma de vencerlo, sí, así mismo, vencerlo, porque mi vida se planteaba como una lucha permanente, era la de permanecer muy pegada a la vocación y al Padre. Metida allí en la obra yo estaba segura, afuera el caos.
Así nos ven. Así lo vi yo. Por eso cuando leo estos artículos me sonrío y pienso que aún les queda mucho por vivir. Hoy están ahí, mañana quizás no.
Saludos
Brisas
Publicado el Tuesday, 29 June 2004
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