La manipulación de las personas por el Opus Dei mediante lo espiritual y religioso

Cónclave, 8/03/2013

Al leer la nota de la Comisión Regional publicada por esta página, he tenido un enorme sentimiento de conmiseración hacia esta pobre institución de la Iglesia que es el Opus Dei, siempre tan maltratada e indefensa, que realiza un enorme servicio a la Iglesia desvalijando económicamente a sus fieles, captando vocaciones de niños y niñas indefensos, y dejando en la calle, enfermos y sin dinero, sin trabajo ni seguridad social, a miembros que se han entregado a tareas internas de la institución durante 40-50 años. Soy consciente de que la mayor parte de la gente del Opus Dei trabaja sinceramente por los demás, intentando hacer el bien. Pero son las directrices y procedimientos institucionales los que desde siempre han merecido un serio reproche.

Lo que expreso a continuación no pretende ser más que una opinión, no un oráculo de Dios, ya que si algo he aprendido en los últimos años es respetar a Dios y no ocupar su lugar...

Tragarse las falacias de esta nota sólo es posible cuando se carece, tal vez por una confianza fuera de razón, del más mínimo sentido de discernimiento crítico con respecto a la institución, porque se confunde fe en Dios con fe en el fundador y en la Obra.

El Opus Dei afirma que criticarles es ir contra la Iglesia, escudándose en que es una institución aprobada por la Iglesia, y comparándose con las críticas que recibe la Iglesia. Pero no sólo el Opus Dei es Iglesia, los demás también lo somos y la amamos, y por eso hablamos.

También los Legionarios son una institución aprobada por la Iglesia y alabada por Juan Pablo II, y están sufriendo un proceso de clarificación y de corrección de sus reglamentos opacos a la Iglesia e indignos de ella, aunque sus miembros de base sean personas entregadas y de buena voluntad. Porque lo malo de los Legionarios de Cristo no es sólo la vida personal de Maciel, sino la praxis de funcionamiento de la institución y sus enjuagues económicos.

La web opuslibros realiza un servicio a la comunión real en la Iglesia: al conocimiento del Opus Dei y a su transparencia. Quien rompe la comunión con la Iglesia es quien actúa en ella sin guardar la legalidad y la transparencia, y esto es lo que ha hecho y hace la Obra. Por eso no les interesa que se conozcan sus reglamentos internos secretos, ni las más de 50 cartas de su santo fundador dirigidas a los miembros, pero desconocidas por ellos porque no están a su alcance en los centros; ni las Instrucciones, ni un largo etcétera. Si las ocultan, por algo será, porque los escritos de los santos suelen ser patrimonio común de la Iglesia y un gran bien para los fieles.

Ellos afirman que la web da una visión distorsionada de la realidad del Opus Dei. La web informa, aportando datos y experiencias personales, de que son los dirigentes del Opus Dei los que dan una visión falsa y parcial de la institución. En cualquier caso, carece de sentido que prohíban y dificulten a sus miembros que lean la web y adquieran criterio propio oyendo las distintas fuentes. Tampoco es de recibo que prohíban dentro de la organización que se pueda comentar abierta y libremente entre los miembros el parecer y las opiniones personales sobre las cuestiones institucionales, lo que siempre ha sido un medio humano para progresar en la verdad. Esas prohibiciones están impidiendo el derecho de información y el que cada uno juzgue libremente dónde se encuentra la verdad. ¿Por qué desean que los miembros conozcan únicamente la “versión oficial”? ¿Por qué exigen el compromiso previo a la fidelidad de no criticar, cuando Benedicto XVI prohibió a los Legionarios el voto de no criticar a los superiores?

Ellos se arrogan la patente de la visión sobrenatural y juzgan a los demás, miembros o no, de que no la tienen. Lo cual me parece una prepotencia sin fundamento y un modo de manipulación espiritual. Emplean una jerga pseudoespiritual propia de iluminados, juzgando la interioridad de los demás, que sólo Dios conoce, como si ellos fueran portavoces de Dios.

Ellos se acogen a que Cristo y la Iglesia siempre han sido perseguidos, como ellos lo están siendo, lo cual les parece signo de autenticidad. Pero aquí nadie está persiguiendo ni matando a nadie de la Obra, sino que se comunica y propone con libertad una visión de la realidad del Opus Dei para que cada uno juzgue si hay verdad en lo que se dice. Además, la Obra a lo largo de su historia nunca ha sido perseguida, a diferencia de los jesuitas, franciscanos, corazonistas, redentoristas, etc., pues ¿dónde están sus mártires? Si, precisamente, el fundador huyó de Madrid durante la guerra civil para evitar la posibilidad de ser mártir como San Pedro Poveda, lo que me parece respetable, y determinó que la Obra no fuese a países donde se persigue a los cristianos. La realidad es que “mártir sin morir”, según decía Escrivá, es todo el que se hace de la Obra, teniendo que aguantar tanta estupidez. Y si se les critica insistentemente, no sólo desde esta página sino desde todas partes, tal vez se deba a que hay razones para hacerlo; desde luego, no se está criticando a la Iglesia sino a los procedimientos de esta institución. De todas formas, la crítica está permitida en la Iglesia, así que no se hagan los mártires.

Ellos aconsejan no entrar en la página por amor a la verdad. Pero los que quieren imponer “su verdad” amordazando todo disenso interno y externo, toda libertad de comunicación y expresión, son los totalitarismos, que son los que tienen miedo a la verdad y cosas que ocultar, cuyo mayor enemigo es la libertad de comunicación.

La realidad es que opuslibros, en los pocos años que lleva existiendo, ha puesto al descubierto una parte de los engaños del Opus Dei, ha aportado y comentado de modo clarificador algunos de los reglamentos internos secretos por los que se rige la institución, y algunos documentos valiosísimos como el Reglamento de Pía Unión, de 1941, que ni los especialistas de la Obra conocían, demostrando cómo está organizado el Opus Dei y hasta qué punto carece de espiritualidad y carisma. Y también ha aportado la traducción al castellano de los Estatutos de la Prelatura aprobados por la Santa Sede, ocultados a los miembros por los que gobiernan la institución. Y todavía les queda mucha “persecución” por delante, mucha verdad que sacar a la luz. Desde luego, tienen un rostro de pedernal cuando hablan de “la sencillez de la vida en Casa”, pues no conozco una entidad tan opaca y ambigua, ni tan mentirosa como el Opus Dei. Tal vez esa sencillez sea lógica consecuencia de esta máxima práctica de la Obra: Obedeces por narices y no comentas, o te largas. Así de sencillo.

Los de dentro que no sean timoratos, saben que no tienen otro medio de conocer lo que pasa en el Opus Dei que informarse en foros libres. Y hasta sus Directores sospechan que algo raro ocurre en la institución, pues no es normal tanto cambio y retiradas de reglamentos internos, que el Catecismo de la Obra vaya por su 8ª renovación, que el prelado se vea obligado a escribir una carta pastoral (2.X.2011) afirmando lo contrario de lo que se vive en el Opus Dei, y tantas cosas más. Así pues, como leer o no leer esta página web nada tiene que ver con la fidelidad a Dios, o con un atentado contra la moral, ¿por qué no dejar que cada uno haga lo que estime oportuno?

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