Hace tiempo que quería agradecerte el que compartas tu historia en la Web. Es un testimonio que me está gustando especialmente por conocer los lugares donde se desarrolla. Me encanta la frescura de tu prosa, las lecciones de historia con las que acompañas tus relatos, y la música que nos propones para sanar.

He disfrutado mucho volviendo a recorrer la Avenida de la Palmera con los Colegios Mayores, Almonte, Alboran, Guadaira, donde viví, me he reído recordando "el kilómetro" y hasta he podido ver de nuevo el estadio Benito Villamarin desde una ventana del torreón. Todo eso, porque durante muchos años de mi vida, estuve como numeraria auxiliar con la misma ingenuidad y alegría, que tu cuentas en tus preciosos escritos.

Me ha gustado mucho saber la historia de los Pinsapos, conocer el castillo de Almodovar por dentro, recordar la novena de la Inmaculada con ese coro tan espectacular, en fin, tantas y tantas cosas...

Yo hace quince años que di el paso a la libertad y puedo ver las cosas con la serenidad que da el tiempo. Al principio, las entrañas se removían al recordar, hoy todo me parece un mal sueño. No guardo rencor, simplemente saboreo la vida con todas mis fuerzas.

Quizá, cuando leyendo testimonios como el tuyo regreso al pasado, solo me queda agradecer a la vida que pude salir de aquella prisión en la que dejé los mejores años, mi capacidad de amar, y todas mis ilusiones juveniles.

Te agradezco de nuevo tus escritos, deseo que poco a poco te vayas recuperando, aunque te veo bastante bien.

Maripaz.