Me acuerdo que hace unos años, cuando la revolución de internet recién emezaba, se hablaba de que en una cantidad de industrias, internet iba a eliminar al intermediario. Y efectivamente algo de eso pasó: las agencias de viaje por ejemplo. En otras épocas yo compraba los pasajes de avión en agencias de viaje, pero ahora es mucho más fácil y conveniente hacerlo por internet.

Hay situaciones en las que el intermediario realmente agrega valor, como es el caso de los supermercados. Yo prefiero toda la vida ir a un solo lugar donde tengo todos los alimentos que necesito, que tener que ir a comprarle la leche al lechero, el pan a la panadería, la carne al carnicero, etc. Pero cuando el intermediario no agrega ningún valor, prefiero ahorrarmelo y comprar directamente al que produce el bien...

En el caso de la religión, debería resultar sorprendente para cualquiera, ¿por qué si Dios es omnipotente y ve nuestro interior, necesita intermediarios para comunicarse con nosotros? Maxime si tenemos en cuenta la negra historia de “sus intermediarios”, que muchas veces han hecho cosas aberrantes en lugar de ser “el buen pastor”.

Estamos tan acostumbrados por la educación recibida desde la infancia, a que “tenemos que ir a misa”, “tenemos que confesarnos”, “es necesario bautizarse para limpiar el pecado original”, etc., que lo asumimos como lo más normal. Pero si pensamos con un poco de lógica, deberíamos cuestionarnoslo.

Curiosamente, la doctrina de Jesucristo, es una doctrina de comunicación directa con Dios, sin intermediarios. Jesús dice que “cuando ores, encierrate en tu habitación...” no dice que haya que ir a un templo o a una ceremonia litúrgica. Jesús enseña que debemos pedirle a Dios “perdona nuestros pecados”, pero no dice que haya que ir a hacer la confesión con un sacerdote para que Dios nos perdone. Cuando dice cómo nos va a juzgar Dios, habla de “porque tuve hambre y me diste de comer, etc.” y no menciona nada de sacramentos, misas, bautismos ni demás actos religiosos. Supuestamente Jesús dijo las palabras aquellas de “tu eres Pedro, y sobre esta piedra...”, pero si algo está claro fue que él no creó una jerarquía bien definida con reglas claras, con una forma estipulada de elegir autoridades y de asignar responsabilidades, etc. Los apóstoles eran simplemente discípulos selectos a los que enviaba delante de él para prepararle el terreno. La palabra apóstol en griego tengo entendido que significa “mensajero”, de modo que lo del sacramento del orden con obispos, presbíteros y diáconos, es un invento posterior. En defnitiva: que si le vamos a creer a Jesucristo, no tenemos necesidad de intermediarios, que administren sacramentos, perdonen pecados o nos digan lo que está bien y lo que está mal.

Yo soy ingeniero, no historiador, pero algo de historia sé. Y es común encontrarse en todas las sociedades complejas (no en las tribus primitivas que viven de la caza y la recolección) una clase sacerdotal con gran poder, al servicio del poder político. Esto se puede ver en la historia del pueblo de Israel que cuenta la Biblia, pero también se puede ver en los demás pueblos: egipcios, griegos, o lo que sea. Ni hablar de los 2000 años de la Iglesia. La clase sacerdotal tradicionalmente tiene poder gracias a la creencia del pueblo de que el clero es el necesario intermediario con Dios, y ejerce ese poder para obtener toda clase de privilegios.

En el Opus, esta necesidad de intermediarios se lleva al extremo. Un miembro del Opus tiene que estar permanentemente recibiendo comunión diaria, confesión semanal, dirección espiritual semanal, retiro mensual, consultar a los directores todo lo que haga que no sea rutina. Es la total antítesis de la filosofía de Jesucristo que se lee en los evangelios, pero como decían los nazis “una mentira repetida mil veces, es una verdad”.

Me pareció sumamente interesante el escrito de Soyyotravez sobre el libro de Escrivá “La abadesa de las huelgas”, donde comenta la mentalidad de Escrivá, de que si algo se ha mandado muchas veces, se tranforma en ley (un concepto muy similar a lo de los nazis) aunque en su inicio la orden fuera una arbitrariedad y un abuso. Si el intermediario tiene el control, y la gente no puede relacionarse con Dios directamente, el intermediario acaba poniendo las condiciones que quiera, por muy injustas que estas sean. Igual que pasa con los supermercados, cuando le compran a precios ridículos a los productores.

Un caso particularmente aberrante de esa intermediacion fue la venta de indulgencias. La iglesia vendía su capacidad de cancelar los tormentos del purgatorio a quienes estuvieran dispuestos a pagar buen dinero por eso. La práctica fue un absoluto escándalo en la Edad Media, y fue uno de los detonantes de la rebelion de Lutero y otros reformistas.

La iglesia hoy en día no lucra con las indulgencias como en otras épocas, pero sigue tratando de venderle a los cristianos la necesidad de los intermediarios. Si uno lee los Hechos de los Apóstoles, se puede ver que en las comunidades cristianas todo era muy informal, no había obispos con jurisdicciones, sacerdotes incardinados en las diócesis reportando a los obispos, etc. Y se ordenaban presbíteros sin necesidad de años de seminario ni estudios, ni celibato, ni nada. Los cristianos se reunían en la casa de alguno, no en iglesias o basílicas expresamente constuidas, y no seguían una liturgia claramente definida, con misales y atuendos especiales. Y si en algún momento hubo verdadero cristianismo, sin duda fue en esos tiempos, en que aún vivía la gente que conoció personalmente a Jesucristo.

Creo que la discusión de las últimas semanas sobre la fe, la iglesia y la ciencia, tuvo el efecto de hacer pensar a mucha gente y hacer que se cuestionara muchas cosas. No se trata de que la discusión la gane uno u otro, yo creo que con el intercambio abierto y civilizado de ideas ganamos todos. Mientras los que siguen en el Opus, aún están en su “unidad monolítica”, sin cuestionarse nada, sin progresar espritualmente y para siempre subordinados a los intermediarios, nosotros hemos evolucionado, nos hemos enriquecido y estamos más cerca de la verdad.

atomito