Tengo un recuerdo de una tertulia en un curso anual, de esas en las que la gente cuenta anécdotas apostólicas para la edificación espiritual de los contertulios. Un numerario contaba de un debate sobre el aborto en el que intervino y en el que argumentó de esta forma:

Una señora con sífilis está embarazada de su séptimo hijo. Los 6 anteriores le salieron retardados o con serios problemas de salud. ¿Usted que haría? El interlocutor dijo que obviamente abortaría, a lo cual el numerario le respondió: "muy bien señor, acaba usted de matar a Beethoven".

El numerario contó esta anécdota con orgullo (el relato era más largo y con más detalles) y ninguno de los contertulios comentó nada negativo sino al contrario. Yo entonces no sabía mucho de la vida personal de Beethoven, con lo cual no dije nada, pero no se me hubiera ocurrido nunca repetir esa historia para criticar el aborto sin averiguar antes si era cierta...

Años después, me enteré que este era un ejemplo clásico de una "leyenda urbana" y que el cuentito este fue muy utilizado por los movimientos "pro-vida" a pesar de que Beethoven tuvo un solo hermano y su madre no sufrió de sífilis.

En una organización donde la gente ha perdido la capacidad de crítica y de pensar con la cabeza propia pasan estas cosas. Es tan fácil ir y leer en cualquier enciclopedia (en aquel tiempo no existía internet) sobre la vida personal de Beethoven, que parece increible que un numerario con una carrera profesional sea capaz de repetir una historia tan tirada de los pelos sobre un personaje tan conocido.

Otras leyendas en la obra son directamente promocionadas por la institución, aunque no en forma oficial, sino a través de tertulias piratas u otros medios extraoficiales. Por ejemplo, la vieja mentira de que el padre lee todas las cartas que le envían sus hijos numerarios. Para cualquier mente medianamente crítica, esto tiene que ser imposible, porque habiendo miles de numerarios escribiendo al menos una carta al año, si el prelado las leyera todas, debería pasarse la mitad del día leyendo cartas, lo cual sería absurdo. Otras leyendas clásicas son los eventos sobrenaturales en la vida del fundador, como la "visión" del 2/10/28 (en la que supuestamente Dios le concedió ver cómo iba a ser el Opus a lo largo de los siglos), la rosa de Rialp que le entregó la virgen o el ataque del demonio (en la forma de un obrero que luego de golpearlo se fue diciéndole “burrito sarnoso”) ocurrido en una calle de Madrid.

Los ex que escribimos en esta página en general ya no nos creemos tales historias, pero curiosamente, hay una leyenda que algunos siguen creyendo: la de que no hay ningún conflicto entre la religión católica y la ciencia. Como observan Ana Azanza, Dionisio y otros, si uno es honesto y mira las cosas con objetividad, el conflicto existió y sigue existiendo.

Hay gente que se siente insultada cuando digo que les falta honestidad intelectual y que no piensan con su propia cabeza. Pero lo cierto es que ellos mismos reconocen que no están de acuerdo con mi afirmación de que “algo que contradice la lógica no puede ser verdadero”. Para mí esto es una confesión: la lógica solo se usa cuando sirve a mis propósitos, sino, la podemos ignorar olimpicamente. Dan como ejemplo las contradicciones de la ciencia. Pero es que justamente cuando la ciencia se contradice, como es el caso de la teoría de la relatividad y la cuántica (que estrictamente son incompatibles, no pueden ser las 2 ciertas), sabemos que hay algo mal. Einstein era el primero en reconocerlo y por eso pasó los últimos años de su vida tratando de desarrollar una teoría unificada que las sustituyera. Los que tenemos cabeza científica, no tenemos ningún problema en aceptar las limitaciones de las teorías actuales de física, sabemos que sirven para explicar cómo funciona una bomba atómica o cómo producir rayos lasers, pero no pueden explicar por ejemplo el primer segundo del big bang.

Si yo uso la palabra "ladrón" refiriéndome a una persona de la que se sabe publicamente que robó y que incluso lo ha confesado, yo no estoy insultando a nadie. Por eso no considero un insulto ni un ataque decir que algunos en este site no tienen honestidad intelectual. Yo no estoy juzgando sus intenciones ni su moral, pueden ser las personas más buenas y más honestas del mundo. Pero cuando usan su cabeza, se están haciendo trampa, y yo a eso le llamo no tener honestidad intelectual.

Gervasio nos regalaba hace poco uno de sus interesantes escritos donde analiza al Opus y a Escrivá. Una persona con una cabeza abierta y objetiva no puede dejar de estar de acuerdo con sus análisis e interpretaciones sobre las supuestas revelaciones divinas del santo marqués. Ningún lector de Opuslibros se sintió insultado ni piensa que lo que dijo Gervasio es una blasfemia. Ninguno lo trata a Gervasio de extremista. Sin embargo, cuando yo hago lo mismo que él, pero con las supuestas revelaciones de la iglesia, invariablemente saltan los defensores de la buena doctrina alzando sus brazos al cielo ante tanta blasfemia y extremismo.

Jose Knecht piensa que no tengo en cuenta ciencias humanas como la historiografía, la sociología, la psicología, la filología, la hermenéutica, etc., y me sugiere que lea ciertas monografías, para que modere mis opiniones y vea que “entre los creyentes hay fundamentos no sólo de fe, sino también científicos para creer”. Lo cierto es que cuando he leído análisis y comentarios de la biblia hechos desde esas ciencias (y por la mayor parte, de bibliografía recomendada por el Opus) los agujeros en lugar de cerrarse se agrandan. Cuanto más uno profundiza en el tema a través de esas ciencias, más incoherencias descubre. No quise usar argumentos desde esas ciencias para no extenderme demasiado y que me dejen de publicar mis escritos por estar fuera de tema. Prefiero remitirme a lo que todos conocemos (como es el tema de las genealogías) y aplicar lógica simple y pura: dos más dos es cuatro en matemática, en sociología o en teología. Negarse a ver algo tan obvio como que las genealogías son inventadas, y que se inventaron para convencer al lector de que Jesús era el mesías prometido, es un acto de deshonestidad intelectual. No hay ciencia humana que pueda cambiar algo tan claro y evidente: 2+2=4, y pelota al medio.

Recuerdo que en un curso anual me tocó una materia sobre marxismo, en la cual se criticaba con un análisis demoledor las contradicciones de Marx y sus profecías no cumplidas. Lo que yo pensaba entonces era "por qué no se analiza con esta misma critica demoledora a la doctrina católica? Si lo hicieran le encontrarían agujeros mucho más grandes que a Marx". Esta actitud de ponerse en plan racional lógico para atacar a los enemigos pero justificar lo que sea para defender la fe propia, es lo que yo considero deshonestidad intelectual. Y la prueba está que el análisis del Opus simple y claro de Gervasio lo aceptan, pero son incapaces de hacer el mismo tipo de análisis a la iglesia.

atomito