Hace ahora dos años que encontré esta página y poco después me decidí a escribir. Siempre que he escrito lo he hecho desde mi experiencia ya personal o profesional, saber del opus sabía poco y he intentado hacerlo siempre desde el respeto, algo se me fue la olla con la celebre y desaparecida calandria, pero poco.

Mi paso por esta página ha tenido etapas:

La primera fue el asombro, treinta años, desde mi salida viví pensando que yo era un caso especial, alguien a quien Dios a través de los directores había desechado, solo conocía a una numeraria, y un numerario que habían dejado el opus, pero estaban casados (los dos, uno con otra) habían tenido hijos y eran supernumerarios, lo cual como estadística no servía, yo era la única a la que habían echado, aunque nunca he sabido el por qué. Cuando comencé a leer no podía salir de mi asombro, no solo no era yo sola, éramos miles, reconozco que durante días, leí, llore, seguí leyendo y seguí llorando a ratos a lágrima viva, a ratos por dentro porque mi dolor era muy profundo, solo leía testimonios en los que se reflejaban cosas que yo “conocía” pero no “sabía”...

El día que salí cerré la puerta, o eso había creído, rehice mi vida a todos los niveles, me casé con un supernumerario pero jamás volví a hablar del opus, todos sabían que había sido numeraria, y que yo no tocaba ese tema, todos se acostumbraron y lo respetaron, mi familia, en mi trabajo e incluso mi marido entendió que yo respetaría su vocación y el mi silencio, fue una especie de pacto prematrimonial cuando supe que él era de la obra, y nos fue bien.

Mi segunda etapa fue la incredulidad, ya no solo leía testimonios, descubrí los “libros silenciados”, “los documentos internos”, escritos de tantos… Satur, EBE, Gervasio, (gracias Gervasio tus letras me han elevado la moral), de tantos que no podría nombrarlos, y otra vez todo lo que leía lo “conocía” pero no lo “sabía”.

En esta etapa se mezcló la decepción, la rabia y la clara percepción de haber sido engañada.

En estos momentos mi marido dejó el opus, el próximo marzo hará dos años después de 47, por abandono, lo dejaron absolutamente abandonado, entonces por primera vez y ya somos de los que cuando nos quedamos durmiendo en un sillón nos despiertan a gritos porque se creen que nos hemos muerto, es decir entre la tercera y cuarta edad, hablamos de mis quince años en el opus, de mi salida, de mis horrores, le encaminé a esta página y según él ahora entendía cosas que le costaban entender de mi, entre otras mi absoluto sentido de independencia, mi sentido extremo de la libertad, tanto para mi como para los míos, que desde siempre los he casi obligado a pensar, a razonar y a decidir por ellos mismos y apechugar con las consecuencias, me gusta el orden pero detesto las normas, no quiero normas ni en mi casa ni en mi vida y menos las establecidas, un total desinterés a lo que los demás pensaran de mi y un casi fanatismo a llamar al pan pan y al vino vino, aunque me dieran mil tortas.

En estas leí un escrito de EBE que fue mi piedra filosofal, el meollo de mi cuestión, no puedo hacer referencia al escrito, pero el tema era enterrar nuestra filiación al padre. En ese momento sentí hasta físicamente que ya no había vínculo entre la obra y yo, (45 años después de pitar), más vale tarde que nunca.

La tercera etapa ha sido mi verdadera reconstrucción, porque ahora no solo “conozco” también “sé”. Ahora y después de 47 años, 15 dentro y 32 fuera, no puedo decir que sepa lo que es el opus dei, pero si se lo que no es el opus dei. Se también que la Iglesia poco a nada va a hacer. Y se que no voy a hacer la guerra contra el opus ni contra la Iglesia, pero haré lo que hice con la carta de Víctor, sé que se comentó en muchos sitios, incluso en tertulias/café privadas de supernumerarias y varias que no quieren entrar en la página, me mandan correos pidiéndome que les mande información sobre diversos temas, no dejare de dar información y no dejaré que ni la sombra de esta desafortunada obra le de a nadie de mi entorno y esto como le escuché al santo marqués, también es como las cerezas tiras de una y salen diez, y de cada una de las diez otras diez y al final no queda nada en la cesta, claro que él hablaba de vocaciones yo hablo de informar y si es posible impedirlas, o al menos que conozcan y sepan lo que yo he tardado casi medio siglo en saber.

Cuarta etapa ahora ya puedo ayudar. Ya más de una persona de dentro, que están pasando un mal momento, con muchos, muchos años en el opus y otros tantos en el carné de identidad, saben quien soy desde que mandé mi foto, saben que pueden contar conmigo, para lo que necesiten desde un abrazo hasta una habitación, ya se ha utilizado, desde una necesidad afectiva hasta una material, económica, en la medida de mis posibilidades aquí estoy y siempre serán respetadas en su intimidad y su libertad.

No sé si esto sirve a alguien, si he escrito es porque creo y digo creo que no “pienso”, que no es bueno “quedarnos” en nada, ni en lo que vivimos o nos hicieron vivir, en si perdonamos, nos perdonan o nos piden perdón, en lo que perdimos o lo que nos hicieron perder. Tampoco es bueno cerrar la puerta como yo la cerré, porque la ignorancia hace herejes. Ahora gracias a Internet es más difícil permanecer como hice yo en la ignorancia.

Esta página ayuda, pero cualquier ayuda debe ser transitoria, de lo contrario no es ayuda. Tampoco creo que sea una plataforma en donde volcar nuestros “atascos”, agresiones hacia quien no piensa como nosotros, cátedra de doctrina y moral…

Cada uno de nosotros ha vuelto a vivir con todas sus consecuencias, en ocasiones muy duras y todos y cada uno somos dignos de respeto, por creer, por no creer, por quedarse dentro, por salirse, etc. Lo que ya no somos (y casi nadie toleramos) es directores dando o imponiendo doctrina, esto no ayuda confunde.

No quiero dejar pasar mi admiración y agradecimiento ante tanta buena cabeza y mejor pluma, ante la valentía de tantos gracias a la cual otros hemos podido volver a empezar y no la nombraré porque me lo borra, pero gracias por esta página, por estar ahí, por no tirar la toalla, por tu honestidad, y no estas autorizada a borrar esto.

En cualquier caso creo que he llegado limpiamente a mi quinta etapa:

el momento de dejar a Dios hacer de Dios, que ya bastante confundida he estado.

Un gran abrazo a todos, aquí estoy si alguien me necesita

Julia