carocha :
Queridos amigos,
el problema de la confusión entre santidad y observancia de normas de obligado cumplimiento, como dice Gervasio, es un problema muy antiguo en la Iglesia, que no debería tener dificultad en diagnosticarlo y solucionarlo esta vez también, en este episodio que es el Opus Dei. No lo soluciona porque no quiere, no quiere porque no le interesa, y no le interesa porque cree que puede no interesarse: está distraída. O no, Dios sabrá.
Al “supernumerario”, rebelde y finalmente planchado, ¿no se le ocurrió contestar nada sobre la seguridad material, la promoción profesional, etc., que resulta de “entregar” el alma a “Dios” en el Opus Dei? Además de las alegrías místicas, claro. No, con veinte años nadie piensa en ello, no era ciertamente argumento. Gervasio habla, incluso con detalles groseros y repetidos, muy a la Escrivá, de Manolitas vengativas y comida, mucha comida, de obligada y repugnante ingestión. (Segismundo, regresa, estás perdonado!) Y apetece preguntarle: ¿Tienes hijos? ¿No, verdad? ¿Y servicio doméstico? Sin cocinera, claro.
Un fuerte abrazo,
Carocha
Publicado el Wednesday, 24 October 2012
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