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010. Testimonios
soyyootravez :

Hace un tiempo decidí leer las colaboraciones de Opuslibros desde el comienzo. Por supuesto algunas las vi en forma muy superficial y otras con detenimiento. Hoy leí un texto de Rulo Loco del 22/XI/2003. Y a  medida que avanzaba en la lectura me daba cuenta a quien se refería.  He leído muchos escritos con ese Nick y me han parecido muy buenos. También escuché una entrevista por radio a ella y a  Agustina. Pero no logro saber quien puede ser. Seguramente nos conocemos.

Sintetizo para no aburrir. El envío trataba de una persona excepcional, Anita, de una familia de abolengo judío, de origen socialista, convertida al catolicismo y supernumeraria que, al morir, recibió un trato que justificaría que aquello que ‘no hay nada mejor que morir en casa’ es una patraña…



Yo no escuché lo que cuenta la autora porque estuve a la mañana siguiente solamente y ella dice que estuvo ese mismo día. Sólo quiero agregar algo más.

También lloré entonces y me sentí absolutamente sola y aislada.

Estuve con Anita tomando el té el fin de semana anterior al lunes en que murió. Hablamos de política (le encantaba), de historia, de arte, de música y… de todo. Con ella siempre se aprendía.

Recuerdo, después, que el lunes al volver a casa del trabajo, quise escuchar los mensajes de la contestadora del teléfono (aún no existían los celulares) y alcancé a oir: ‘Anita está muy delicada’. Llamé a la persona que me había dejado ese recado pero no la encontré. Por eso me comuniqué con una amiga de ella para preguntarle cómo estaba. ‘Se murió’ me dijo muy cortante- y ‘no vayas ahora porque no nos vamos a quedar toda la noche’. Creo que agregó que el entierro era al día siguiente a las 11 de la mañana. No lo recuerdo porque a la tristísima sorpresa de la noticia sumó una agresividad casi grosera. Nunca le había caído bien a esta supernumeraria pero había sabido disimular mientras Anita estuvo viva.

La muerte me dio mucha pena pero yo sabía que ella estaba muy bien preparada para ese momento y que sus problemas de salud eran muy serios y la limitaban mucho. Por eso puedo decir que me dieron más pena una serie de hechos que ocurrieron entonces y que, de alguna manera, complementan lo escrito por Rulo Loco.

Fui a primera hora de la mañana a su casa y estuve allí hasta el momento del traslado de los restos, casi a mediodía. A media mañana llegó un sacerdote, desconocido para mí, –yo ya no pertenecía a la prelatura- y que no hacía más que mirarme y mirarme mal. Fue muy incómodo porque hasta pensé que me iba a pedir que me retirara. Yo solamente conocía a dos personas y una de ellas era la que ya no disimulaba su poca simpatía hacia mí. De manera que hasta me puse a pensar qué hacer si me pedían que me fuera. Al fin y al cabo la única amiga mía, en ese lugar y en ese momento, estaba muerta.

Quiero creer que el problema tal vez haya sido rezar el responso en latín ante una extraña… porque no se me ocurre otra cosa.

Cuando llegó el momento de retirar el cuerpo nos hicieron bajar a todos. En ese entonces en el país se estilaba que el ataúd lo llevaran los hombres de la familia o los amigos. No las mujeres. Recuerdo que estaba el que había sido su padrino de bautismo pero, este buen supernumerario, apenas bajamos se marchó rápidamente. Lo mismo hicieron otras personas. Eso me molestó mucho. Todos tenían apuro y no parecía que se dieran cuenta de la solemnidad del momento. Por este motivo al cajón lo llevaron los empleados de la funeraria. Porque el famoso librero (numerario él) con el que discutía y después hacía las paces, tampoco estaba. Para colmo habían contratado un solo auto de acompañamiento y las pocas personas que se encontraban allí no ofrecieron lugar en los suyos para ir al cementerio como se hace habitualmente. Me di cuenta inmediatamente que nadie más pensaba acompañarla. Todos detalles de cariño… Por la distancia y el horario era muy difícil llegar a tiempo en otro medio de transporte. De manera que no pude ir.

Y como nota pintoresca –con Anita hubiéramos dicho que era típico de una película del neorrealismo italiano- cuando el cortejo empezaba el traslado, la portera del edificio se acercó al auto casi a los gritos porque había un problema con el portero eléctrico del departamento. Cuestión que se frenó la marcha y una persona bajó del auto, subió al departamento, resolvió el problema, y… Anita esperando… y los autos de la Avenida también porque, es justo decirlo, cuando hay un cortejo fúnebre la gente, hasta los automovilistas, son muy respetuosos.

En algún momento escuché que al volver iba a ir una escribana para labrar un acta con todo lo que había en el lugar. También que le habían dejado un mensaje en el contestador telefónico a la hija porque no la habían encontrado… no quiero imaginarme la escena! ‘hola, llamo desde Buenos Aires, tu madre ha muerto, hasta luego’… habrán agregado omnia in bonum?

A Anita la quería mucha, mucha gente. Pero esto no se vio reflejado en su despedida.

A ella jamás le oí una crítica al opus dei. Ni siquiera cuando se frustró su viaje a Jerusalen. La versión que yo tuve, en ese momento, enfoca otro aspecto al planteado en el envío que motiva esta nota. Al parecer lo que complicó las cosas fue que se estaba instalando el opus dei en Israel y había mucha resistencia. Por eso el consejo fue: no viajar. Recuerdo que una numeraria, con quien me mantenía en contacto, me preguntó si Anita se había quejado por esa situación. Lo curioso fue que me estaba enterando por la numeraria que había esa situación..! pues ella no me había comentado nada.

Anita prestigió al opus dei de Argentina y siempre tuvo gente que la quería bien y la acompañaba. El velatorio no fue reflejo de ello pero... ella ni se habrá enterado felicísima como debía estar, en esos momentos, en el Cielo. Estas cosas nos importan, nos molestan y nos indignan a nosotros: los que nos quedamos acá.

No sabía si escribir esto o no. Pero hacerlo corrobora la veracidad de los testimonios enviados a esta página aunque hayan pasado años entre uno y otro. Y por otra parte me permite compartir la alegría de haber conocido a alguien de mucho valor que fue muy querida y saber que otra persona, que tal vez transite las mismas calles que yo en estos momentos y a quien no conozco, también lo haya considerado de igual modo.

Abrazo a todos.

Soyyootravez




Publicado el Monday, 22 October 2012



 
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