Estimados amigos, me basta haber leido tres testimonios de Uds. para terminar de convencerme de lo terrible que puede llegar a ser la manipulación, la falta de amor, respeto y caridad de parte de la "obra" para quienes no comulgan a pie juntillas con ella.

Mi testimonio es practicamente nulo, no permanecí ni un año en uno de esos clubs para niños, sí niños; tenía en ese entonces 13 años, y desde ya trataban de efectuar un lavado cerebral en nosotros que gracias a Dios la gran mayoría de nosotros rechazó. Para algunos, como en mí caso fue especialmente difícil ya que la obra tenía el apoyo de nuestras familias, creyendo éstas que se trataba de gente especialmente buena y que estábamos en buenas manos.

No toleré la impertinencia de uno de los preceptores que creía tener el derecho de inmiscuirse en todos los aspectos de mi infancia, de pedirme cuentas por mis amistades fuera del club, por mis lecturas, por la música que escuchaba, por enterarse de mi vida en casa y muchas otras impertinencias más.

Respetemos los testimonios de todos, no hagamos un comentario irónico de quien se tardó 18 años en decidirse a salir y salió con la vida destrozada, es un testimonio valiosísimo que podrá servir para que otros no se tarden lo que esta persona se tardó. 

Lo que he leído es verdaderamente desgarrador, el dolor creado por la "obra" es algo que tendrán que pagar. No se puede actuar de esa manera sin acarrear pésimas consecuencias posteriores.

saegar