Fueraborda, he leído tu interesante escrito: “Indignación por la mentira y la injusticia”, y quería darte una opinión sobre lo que cuentas. Por una parte, felicitarte porque estés defendiendo tus derechos mediante el correspondiente procedimiento en la administración. Esto es algo que cuesta mucho a los ex-miembros.

En un escrito de 4 de enero de 2010, titulado “Ejercita tus derechos ante el Opus Dei”, animé a los ex-miembros a que solicitaran el acceso a sus datos personales en los archivos del Opus Dei. Después de un par de años, se contaron con los dedos de la mano el número de quienes lo hicieron.

No es nada extraño lo que te está sucediendo, tantas dilaciones, ocultaciones, etc., en relación a tu expediente. Tú mismo dices que alguien te pregunta: “¿Contra la Prelatura del Opus Dei?”. La pregunta te da una pista para entender lo que te está sucediendo.

Conviene recordar el reglamento de 1941 del Opus Dei, título II, artículo 1:

“1. El Opus Dei busca la santificación de sus miembros y la salvación de las almas.

2. Los socios ejercitan ordinariamente el apostolado desde los cargos oficiales de la administración pública, cargos que han de servir siempre con lealtad ejemplar.

3. La vida interior y la formación intelectual, son los medios que emplean los socios del Opus Dei para conseguir sus fines; más una discreción, que nunca es misterio ni secreteo, sino lo natural de una obra que por ser sobrenatural debe ser modesta”.

Y también conviene tener en cuenta que España es un país cuya administración pública está casi “controlada” por los miembros del Opus Dei. Hay más de 30.000 miembros del Opus Dei en España. En este tipo de administración pública, es imposible que prospere algún expediente contra el Opus. Te encontrarás que suceden “cosas extrañas” en la tramitación: errores, equívocos, pérdida de papeles, interpretaciones jurídicas ilógicas, mentiras… siempre de manera favorable al Opus Dei.

Y eso es lo que está sucediendo contigo.

Cuentan con eso, con la ayuda de sus “amigos” y “miembros” bien situados en las administraciones. Sólo cuando el expediente cae en manos de alguien que no es de ellos, de alguien imparcial… es cuando pierden.

Atentamente,