Querido Obdulia,

Gracias por tu último escrito: una vez más queda claro que lo que contamos aquí está confirmado sin sombra de dudas por miles y miles de relatos de vidas destrozadas por el Opus Dei. Quién necesita una madrastra, con una madre como la Santa Iglesia?

A mí también me pidieron perdón en privado: un sacerdote en la confesión. Yo recuerdo haber sentido la situación cómo terriblemente embarazosa: es que la decencia humana puede funcionar en todas las direcciones, también de confesor a confesado. Y el perdón, lo mismo: de confesado a confesor. Pero después de años en el Opus Dei es difícil  reconocer y aceptar esos gestos de sencilla humanidad, porque no constan en  vademecums ni glosas. Así funciona la conciencia de las víctimas, muchas veces: víctimas son, en suma, los que se perdieron a sí mismos, o a partes importantes de sí mismos.

Me gustaría decirte, sin el menor ánimo de herirte o cosa semejante, que todo lo que hiciste, todo lo que hicimos en el Opus Dei, sobretodo – pero ni de lejos exclusivamente - lo que se refiere a la dirección de las conciencias, constituía ya entonces una actuación delictiva. Crímenes, querido Obdulia. Crímenes sin eufemismo. Lo único que cambió fue que ahora, gracias al coraje de personas como Agustina, la existencia de esos crímenes es fácilmente verificable por todos, incluida la Santa Madre Iglesia. Es un detalle, verdaderamente.

Por otra parte, los “numerarios” que has visto aparcados en todos los rincones de cada uno de los centros del Opus Dei por los que pasaste, están ahí por una razón sencilla: son más útiles al Opus Dei dentro, aparcados o llevando vidas dobles y triples, que estando fuera: por razones de conexiones familiares, profesionales, por verdadero pánico al escándalo público. Es cuestión de aritmética básica: cuando el resultado deje de ser positivo según las cuentas del Opus Dei, los enviarán a la calle, sin un segundo de vacilación - y en la indigencia, si es posible aunque a veces no lo es, porque “no conviene”-.

Y también me gustaría comentar el curioso apodo que utilizas: por qué un apodo femenino, si todo tu texto viene en masculino? O debería ser al revés? O en español Obdulia es un nombre masculino también? O ves el casting de “numerario” como más adecuado a “mujeres”? Una vida de pequeñas listas interminables, de pequeñas conversaciones/delaciones, de trabajo dentro de casa, nada de muy “viril”, en suma: verdaderamente vergonzoso. Yo misma, sencilla mujer como la Santísimavirgendenazareth, y por eso tal vez miembro del club espinadorsaldelasociedad y etc,  siento que no fue mi época más brillante...

Si me permites una opinión sobre tu indefinición, el problema no es de género, es de estómago, como dice muchas veces un querido amigo mío: la vida en el Opus Dei es sencillamente inhumana.

Querida Madre Iglesia, verdad? Tantos siglos de prudencia, de experiencia, de sapiencia mayestática - y tanta indefensión pueril frente al escenario de papelón montado por el Opus Dei-. O tal vez no.

Un gran abrazo,

Carocha