Con respecto al escrito de Fletcher del día 29, que dice:

"A mí me suena al mismo discurso que oía a los de la Cosa cuando se quejaban de que la Iglesia no hacía nada por parar a los de la Liberación, o al desastre de las órdenes religiosas, o al desmadre de las monjas de no sé dónde o por qué no condenan ya de una vez a aquel teólogo progre (por ejemplo a Ratzinger en su momento)"

Me gustaría aclarar lo siguiente:

Las quejas que mencionas son las típicas protestas de la gente que no entendía el Concilio, la renovación litúrgica, la teología del laicado, y sobre todo la voluntad de todas esas personas que mencionas para ser más fieles al evangelio, de una manera u otra. De verdad, no sé a qué te refieres cuando mencionas "el desastre de las órdenes religiosas" ¿que ya no eran prepotentes? ¿que ya no intentaban comer el coco a los chavales de los colegios para conseguir vocaciones? ¿que no reunían más y más patrimonio?. Las monjas que mencionas, ¿habían intentado cambiar las cosas y volver al carisma fundacional de atención a los pobres y necesitados? Esas quejas me recuerdan a las que se daban en España cuando murió Franco y empezó la democracia. ¿Se iba a legalizar el Partido Comunista? ¿se iba a legalizar el divorcio? ¿iba a ser todo esto un desastre? ¿iba a ser posible hacer huelga? ¿y vestir cada uno como quisiera? Las quejas (y las oía en mi familia) solían ir parejas a las que mencionas.

Es cierto que hubo gente que metió la pata, o que cometió lo que hoy nos parecerían pecadillos comparado con otras cosas mucho más gordas que hemos tenido que ver: por ejemplo, JPII nombrando a Marcial Maciel "ejemplo para la juventud". ¿era tan gran pecado tocar la guitarra en misa, con música de los Beatles?

La pena es que España cambió, y la Iglesia, en contra de lo que tú dices, SÍ actuó contra los teólogos de la Liberación, los defenestró o los ha reducido a la mínima expresión. Las monjas que mencionas sufrieron las consecuencias. Y fíjate el varapalo que les zurró JPII a los jesuitas. Los teólogos progres no pueden hablar o se han jubilado. La conferencia episcopal intervino sin contemplaciones Manos Unidas. Mencionas a Jon Sobrino: a él no le queda más remedio que callar y tragar, como a Gustavo Gutierrez. Pero en privado, los jesuitas echan pestes, educadamente, eso sí, y según quien, del ambiente eclesial actual.

Y el Opus Dei, entre tanto, ha ido ganando espacios, poder, control. Un perfecto entramado de política (de derechas, de la que no sienta mal), medios de comunicación, opinión y poder. Porque a la Iglesia - Jerarquía lo que le interesa es recuperar el poder social, no otra cosa.

Mencionas que han muerto muchos religiosos mártires, muchos fieles víctimas de su fe. ¿cuándo los vamos a ver a la par de San Josemaría en los altares? ¿no crees que un mártir de Centroamérica debería llegar antes que un santo que siempre fue con chófer? Y cuántos de ellos ven con buenos ojos la política del Vaticano? ¿Cuántos religiosos acosados serán elegidos para el episcopado? ¿Se lee alguien los documentos de Cáritas? Porque son marxismo puro...

Dices que la iglesia tiene sus ritmos. En efecto, los tiene para lo que quiere. Y así nos va: dejó crecer la peste de la pederastia, ha dejado crecer la corrupción económica y los negocios turbios. Y de forma similar, no mueve un dedo con lo que denuncia Opuslibros (valga un botón, la denuncia de Kaiser: manda dos CC.JJ). Pero eso sí, se mueve contra la Educación para la Ciudadanía y contra los curas que celebran con drogadictos una eucaristía con galletas.

Me temo que la deriva, si Dios no lo remedia, nos lleva al desastre. A su ritmo, eso sí.

Que Dios os guarde.

Ramón