Bienvenido a Opuslibros
Inicio - Buscar - Envíos - Temas - Enlaces - Tu cuenta - Libros silenciados - Documentos Internos

     Opuslibros
¡Gracias a Dios, nos fuimos
Ir a la web 'clásica'

· FAQ
· Quienes somos
· La trampa de la vocación
· Contacta con nosotros si...
· Si quieres ayudar económicamente...
· Política de cookies

     Ayuda a Opuslibros

Si quieres colaborar económicamente para el mantenimiento de Opuslibros, puedes hacerlo

desde aquí


     Cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información aquí

     Principal
· Home
· Archivo por fecha
· Buscar
· Enlaces Web
· Envíos (para publicar)
· Login/Logout
· Ver por Temas

     Login
Nickname

Password

Registrate aquí. De forma anónima puedes leerlo todo. Para enviar escritos o correos para publicar, debes registrarte con un apodo, con tus iniciales o con tu nombre.

     Webs amigas

Opus-Info

NOPUS DEI (USA)

ODAN (USA)

Blog de Ana Azanza

Blog de Maripaz

OpusLibre-Français

OpusFrei-Deutsch


 Correos: Rhonheimer vs Pérez-Soba.- Daneel

010. Testimonios
daneel :

Estimado Josef Knecht,

 

Te agradezco tu simpatía y tu muy necesario buen humor. También tú me caes bien, empezando por tu nick, que no sé si tendrá que ver con Lucas 17, 10…

 

El tema que estamos tratando, la sexualidad en el cristianismo, es existencialmente muy importante para todos, creo que eso no hace falta demostrarlo. Las explosiones, denuncias y rebeldías son necesarias, y el Espíritu también nos habla a través de ellas. Pero me parece que en ocasiones las heridas que arrastramos por la visión deforme de la sexualidad recibida en el opus hacen más difícil reconocer lo genuinamente cristiano. Tampoco nos acostumbraron a razonar críticamente sobre lo bueno y lo malo, sino más bien a aceptar lo que nos dijeran, y punto. Además, para los católicos que valoran su adhesión al magisterio de la Iglesia se añade un nuevo motivo que también es vital: ¿comprendo o no comprendo?, ¿acepto o no acepto?, ¿cómo quedo ante el resto de la doctrina cristiana? También hay católicos a los que las cuestiones doctrinales les resultan como poco antipáticas o artificiosas, no ven la conexión con la tradición, con las raíces del árbol que tiene que crecer en cada época. Unos y otros deberíamos respetarnos y tratar de comprendernos mutuamente...  



La doctrina no es lo más importante del cristianismo, lo más importante es la persona de Cristo y la salvación que nos ofrece. Pero el estudio de la doctrina también tiene un lugar, y si queremos que las ideas muevan el mundo entonces hay que filtrar muy bien las ideas para que no se nos cuelen milongas con verdades. Siento si a algunos les molesta que trate estos asuntos de manera que puede parecer fría y distante, pero si lo hago así es precisamente porque considero que se trata de un asunto vital, que requiere ser tratado con el mayor rigor intelectual que sea posible, al menos tanto como las cuestiones históricas y de derecho canónico. La relación con Dios no puede ni debe reducirse a cumplir con la ley (eso sería moralismo). Pero la relación con Dios sí que implica buscar el verdadero bien del hombre. Por tanto, la moral entendida como búsqueda del bien, no como cumplimiento de la ley, sí que es importante para un cristiano.

 

Discrepo contigo en considerar la postura de Rhonheimer como un “error” desde el punto de vista de la doctrina moral “oficial” de la Iglesia Católica. Dices que según las tesis del neotomismo la moralidad de los actos humanos depende de tres factores: objeto, fin y circunstancias. Pero ocurre aquí que la evolución del lenguaje nos juega una mala pasada a los de ahora cuando usamos las fórmulas de la teología clásica medieval: entendemos “objeto” como “cosa”, y entonces el uso del preservativo es malo porque se usa una cosa mala. Pero las cosas no son ni buenas ni malas en sí mismas. El término “objeto” debe entenderse como “finalidad de la acción misma”, como cuando uno dice “cuál es el objeto de esta campaña publicitaria”. En realidad, objeto y fin se entienden mejor en el sentido de la teología tomista como finis operis y finis operantis (fin de la acción y fin del agente). Esto me lo enseñó no un profesor del Studium Generale, sino un numerario filósofo con el que charlaba tomando un café o dando un paseo, no me acuerdo, fue hace muchos años. Con esto no quiero decir que la teología clásica sea buena ni mala, sólo que para aceptarla o rechazarla primero hay que comprenderla bien.

 

Así pues, según el razonamiento del Rhonheimer, el objeto (finis operis) del uso profiláctico del preservativo es, precisamente, el uso profiláctico, es decir, el uso para prevenir la transmisión de enfermedades infecciosas; el objeto es el acto, no la cosa usada en el acto. Y, siempre según Rhonheimer, esto no está condenado en la Humanae Vitae, porque en esta encíclica sólo se trata de los actos anticonceptivos, que se definen por su finalidad intrínsecamente anticonceptiva, no por los objetos o procedimientos empleados. De hecho, si mal no recuerdo en la encíclica sí se acepta el uso de medicamentos con finalidad curativa (objeto, finis operis) que puedan producir una esterilidad temporal o permanente, y por tanto tengan un efecto anticonceptivo no querido directamente, como puede ser un tratamiento radiológico u hormonal. Rhonheimer acepta y toma como punto de partida la encíclica, y desarrolla la doctrina según su buen entender. Estaremos de acuerdo o no con sus argumentos, o incluso consideraremos que se trata de ridículas disquisiciones académicas, pero no podemos dar por sentado que lo suyo es un “error” sin más, sólo porque contradice lo que otros teólogos publican en los periódicos.

 

Pérez-Soba, al que aparentemente también conoces, al menos su trayectoria, desarrolla la doctrina de la encíclica en otra dirección. A mi modo de ver, y siempre desde el punto de vista de la doctrina católica “oficial”, su conclusión está equivocada porque hace decir a la encíclica algo que ésta no dice. Hay diversos grados de “oficialidad” de una doctrina. Un artículo publicado en L’Osservatore Romano sin duda expresa las opiniones políticamente correctas en el Vaticano, pero de ahí a que sean vinculantes para un católico al que le preocupe la verdadera doctrina católica hay, afortunadamente, un buen trecho. A mi modo de ver, pues, Rhonheimer no incurre en incongruencia alguna y, en cambio, Pérez-Soba no es tan perspicaz. En cuanto a tu hipótesis de que Pérez-Soba corrige fraternalmente a Rhonheimer, me parece que si el prelado y las autoridades académicas de la universidad romana del opus pensaran que Rhonheimer se ha equivocado gravemente en una doctrina moral, no se hubieran conformado con una dulce y cariñosa corrección. Me parece más simple, y por tanto preferible, la hipótesis de que el opus no ha tomado partido entre Rhonheimer y Pérez-Soba, sino que cada uno ha actuado por su cuenta. Es curioso que en otros sitios de Internet hay gente que interpreta la postura de Rhonheimer como la oficial del opus, y se escandalizan de esta deriva supuestamente herética de la prelatura…

 

Seguramente la mayoría de los católicos opusinos piensan, como tú dices, “preservativos, ¡nunca!” Pero es que así piensan la mayoría de los católicos “ortodoxos”. Incluso los católicos “no ortodoxos” (con perdón por la expresión y sin ningún ánimo despectivo) también piensan que la Humanae Vitae condena el uso profiláctico del preservativo. Unos y otros cometen, en mi opinión, el mismo error. Sinceramente, me he encontrado con poca gente interesada de verdad por conocer lo que realmente dice la encíclica, tanto entre los que la aceptan a pies juntillas como entre los que la rechazan visceralmente.

 

En su interpretación de la encíclica, Rhonheimer se inspira en buena medida en Elizabeth Anscombe, una de las pensadoras más rigurosas y perspicaces del siglo XX. Madre de familia, católica conversa, tremendamente combativa e inconformista (en Oxford organizó una campaña contra la visita del presidente Harry Truman por haber dado la orden de lanzar las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki). Es admirada por muchos filósofos opusinos, pero no caigamos en el ridículo de despreciarla sólo por eso. En 1972 escribió un ensayo que me parece iluminador, no digo que cierre completamente la cuestión, pero sí que hace pensar (a quien esté dispuesto a leer una docena de páginas en un inglés no muy sencillo). Así describe hacia el final el sentido cristiano de la sexualidad: “Never to change sexual actions so they are deprived of that character which makes sex so profoundly significant, so deep-going in human life” (no alterar los actos sexuales de modo que sean privados de ese carácter que hace que el sexo sea tan profundamente significativo, tan hondamente conectado con la vida humana). Es decir, no privemos al acto sexual de aquello que lo hace tan maravilloso, que es ser el acto de amor por el que una nueva vida es engendrada. Me parece especialmente interesante que su argumentación no se basa en la infalibilidad de la encíclica (ella asume que no es infalible), sino en la tradición cristiana desde sus orígenes, interpretada a la luz de los conocimientos modernos. De hecho, es lo único que he encontrado que no toma la encíclica como punto de partida, sino como punto de llegada.

 

Cuando la Iglesia predica sobre el sentido de la sexualidad no se mete más en nuestra vida íntima que cuando nos dice que no seamos envidiosos, rencorosos, avariciosos, etc.; con su predicación no trata de meterse donde no le importa, sino de sanar lo que está herido (que no es obviamente el sexo, sino determinadas formas de vivir la sexualidad). Pienso que la Iglesia tiene que hacer un esfuerzo por explicarse mejor, y que todavía debe reflexionar para comprometerse sólo con lo genuinamente evangélico, abandonando los restos de herencia moralista puritana y visión negativa de la sexualidad. Pero no creo que la Iglesia deba callarse en absoluto sobre una cuestión que es tan profundamente humana y existencial.

 

Cordialmente,

 

Daneel




Publicado el Wednesday, 09 May 2012



 
     Enlaces Relacionados
· Más Acerca de 010. Testimonios


Noticia más leída sobre 010. Testimonios:
Diecinueve años de mi vida caminando en una mentira: OPUS DEI.- Ana Azanza


     Opciones

 Versión imprimible  Versión imprimible

 Respuestas y referencias a este artículo






Web site powered by PHP-Nuke

All logos and trademarks in this site are property of their respective owner. The comments are property of their posters, all the rest by me

Web site engine code is Copyright © 2003 by PHP-Nuke. All Rights Reserved. PHP-Nuke is Free Software released under the GNU/GPL license.
Página Generada en: 0.112 Segundos