El título de esta breve nota, nos lo da EBE en su escrito A. del Portillo como modelo de santidad, publicado el lunes pasado.

Textuales palabras de Alvaro del Portillo, de la entrevista citada por EBE:

“Nuestra petición no se basaba en normas del futuro Código de Derecho Canónico, sino en la normativa conciliar y posconciliar ya vigente en la vida de la Iglesia.

“A este respecto, deseo aclarar el siguiente error: se dijo, y se ha repetido, que la Asamblea plenaria de la Comisión Pontificia para la reforma del Código de Derecho Canónico, reunida en Roma a finales de octubre de 1981, había rechazado la solicitud del Opus Dei de ser transformado en Prelatura. Esto no es verdad. En efecto, la Comisión Pontificia para la revisión del Código de Derecho Canónico, ni en su reunión plenaria de octubre ni en ninguna otra ocasión, se podía ocupar de nuestra solicitud, por evidentes razones de competencia: ya que su misión es la de preparar una ley general —el nuevo Código— y de ninguna manera intenta resolver casos particulares cuyo estudio no se le había encomendado. Además, como acabo de decirle, la solicitud de transformación jurídica del Opus Dei no se basaba en posibles normas del futuro Código, sino en la normativa ya vigente. (…)

Cuando leo este tipo de cosas es cuando me saco, cuando desearía no volver a leer Opuslibros, cuando deseo con todas mis fuerzas, sin conseguirlo, dejar todo esto a la deriva y dedicarme a vivir mi vida, sin importarme un salado rábano ni el Opus Dei, ni los que aun están dentro, ni los que estamos fuera.

Porque me repugna la mentira, me duele la doblez, me destroza el lenguaje retorcido y torticero: perdón por el exabrupto…!!

Quisiera gritar y por respeto a los lectores de Opuslibros no lo hago: vete a hacer puñetas mentiroso, torticero y otras lindezas imposibles de reproducir aquí.

¡¡Claro que la Comisión Pontificia para la revisión del Código de Derecho Canónico, ni en su reunión plenaria de octubre ni en ninguna otra ocasión, se podía ocupar de vuestra solicitud… por supuesto que no era cosa de su competencia… pero tú mismo del Portillo das la razón de porqué: ya que su misión es la de preparar una ley general…!!!!!

Y eso es precisamente lo que hizo la Comisión, y precisamente por eso las Prelaturas Personales, no están donde ustedes, con la complicidad de algunos Cardenales a los que habían comprado con su simpatía y con sus atenciones, querían que estén (como confío en la Iglesia Santa no creo que los hayan comprado con otra cosa). No se ocuparon de vuestra solicitud, claro que no…!! Se ocuparon de que en la ley general de la Iglesia, no se colara lo que ustedes querían colar, esto es que las Prelaturas Personales estuvieran en el apartado correspondiente a la estructura jerárquica de la Iglesia...!!

Los miembros de la Comisión, que ya estaban dispuestos a aprobar lo que ustedes torticeramente colaron en el texto, tuvieron que rendirse ante la magistral exposición del Cardenal Ratzinger, que demostró que meter a las Prelaturas Personales, queridas por el Sacrosanto Concilio, para lograr una mejor distribución del clero y para ocuparse de específicas labores pastorales, era un contrasentido histórico, teológico, canónico y doctrinal…. Nada menos y nada más que eso. ¿Por qué no lo dices así de claro, mentiroso!!?

¿Y saben por qué? Porque los que quieren estar disponibles para ir donde haga falta clero, o los que quieren dedicarse a específicas labores de apostolado SE ASOCIAN, y los fenómenos asociativos NO son parte de la estructura jerárquica de la Iglesia.

A la estructura jerárquica de la Iglesia pertenecen los fieles sin distinciones de objetivos, basta ver la pluriformidad del pueblo de una diócesis: uno no se “asocia” a una estructura jerárquica de la Iglesia... se está ahí sin más: y está la beata, el cura, la monja, la madre de familia, el policía de la esquina, la verdulera, el alcalde, el asociado a una Orden Tercera, los que no pertenece a nada, los Quicos y también los que adhieren al Opus Dei!!!!!.

¿Del Portillo miente en lo que dice al entrevistador?… no, no miente, pero tampoco dice la verdad. Y lo peor es que sabe que no la dice: ha estudiado cada una de sus palabras. Detesto adivinar intenciones, detesto que otros pretendan conocer las intenciones de los demás, pero no puedo creer que del Portillo dijera eso sin pretender decir algo y sin pretender no decir otra serie de cosas... ya me entienden.

Mienten, retuercen, engañan, utilizan de modo obsceno la reserva mental. Del Portillo miente: cuando dice lo que dice piensa que se dirige a gente sin criterio, sin capacidad de razonar, de pensar, a gente sin estudios… qué se yo, a ignorantes que se tragan lo primero que les dan: y ahí están desgraciadamente muchos de los que aún permanecen: pobrinos!!

Haenobarbo