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 Correos: Vidas paralelas (en algún sentido),- Puntoycoma

115. Aspectos históricos
puntoycoma :

Escribo en relación con el correo que envió el otro día Drew, con la nota de prensa (o lo que fuera eso) del vicepresidente de la fundación Vivarium. En esa nota de prensa se dice que R. Panikkar, antes de morir, encomendó la custodia de todos sus escritos, cartas y diarios personales a una persona, con prohibición expresa de mostrarlos a la mirada crítica de historiadores y biógrafos. Como la decisión no me parece acertada, me tomo la libertad –con todo respeto y plenamente consciente de que mi opinión vale muy poco-, de manifestar aquí mi discrepancia.

Raimundo Panikkar cultivó y alimentó intencionadamente, durante toda su vida, una imagen de santón sincrético, transcultural más que multicultural, que en su genialidad trascendía el hinduismo y el cristianismo y los aunaba en una síntesis teosófica (teándrica, diría él) libre de los lastres de la tradición ética y filosófica occidental. Por mi parte, en lo que he llegado a conocer de la figura de este pensador hindú-cristiano, pasé de una fascinación inicial a un chasco monumental y a una cierta antipatía. Tras muchos años de buscar y rebuscar sus obras por los anaqueles de varias bibliotecas, ávido del conocimiento que me podían proporcionar, me interesé por la persona que las había escrito y lo que me encontré no me gustó nada. Porque me encontré un hombre moralmente mediocre, mujeriego (pese a su apariencia inocente de anciano asexuado), un tanto arribista y extremadamente vanidoso...

Es un rasgo muy catalán ese de tener la habilidad innata (o la caradura) de hacer pasar un producto relativamente vulgar por la perfección quintaesenciada. Los ejemplos son muchos: Tàpies, Miró, Pau Casals, Josep Carreras, Ferran Adrià, Punset, los embutidos de casa Tarradellas, el propio Panikkar… Son nombres que están en boca de todos los enteradillos y que a todos suenan como lo más de lo más en sus respectivos ámbitos. Porque los catalanes somos unos genios del marketing. Lo que pasa es que luego rascas un poquito, conoces o estudias con más detalle al presunto maestro y te das cuenta que no era para tanto, que a la hora de la verdad hay muy poquita tela que cortar (y así, Tàpies y Miró eran unos jetas, Yo Yo Ma da mil vueltas a Pau Casals, Alfredo Kraus se las daba a Carreras antes y después de la leucemia, Ferran Adrià y Punset son vendedores de humo, y los embutidos de Casa Tarradellas no son ni de lejos los mejores del súper). No digo que todos sean farsantes, ojo, ni siquiera que sean peores que la media. Solo que gozan de un prestigio y una sobreestimación generales objetivamente injustificados. El mismo Dalí fue un perfecto vendemotos, un genio del stunt publicitario más que otra cosa; y la misma Barcelona, que muchos colocan al nivel de Nueva York, Londres o París, es la pequeña ciudad que es, con sus virtudes y sus defectos (y os digo yo que ni unas ni otros tienen nada que ver con los de las grandes metrópolis mundiales). No por casualidad nuestro amadísimo fundador se gloriaba de la sangre catalano-aragonesa que corría por sus venas…

Volviendo a Pániker. Curiosamente, en esa preocupación casi obsesiva por proyectar una determinada imagen de sí mismo ante la opinión pública, se pareció mucho a otra persona que fue su ídolo de juventud (y creo que todos sabemos a quién me refiero). Pero quizás fue más listo o más astuto que él: a la muerte de Escrivá, sus hijos espirituales se lanzaron a una labor enfervorecida de chinos, tratando de reconstruir segundo a segundo toda la vida de su idolatrado fundador. Naturalmente, en el empeño encontraron cosas que no les gustaron, porque no casaban muy bien con el personaje que el mundo había llegado a identificar como Fundador del Opus Dei: hicieron descubrimientos incómodos, que trataron de tapar de una forma un tanto incómoda también y de los que aun hoy día evitan cuidadosamente hablar, y cuando lo hacen es para enhebrar una retahíla de tópicos entresacados de las hagiografías oficiales al uso (me refiero por supuesto al marquesado, pero también a ciertos detalles de la vida en el seminario, a ciertas incoherencias del relato del “acontecimiento fundacional”, etc.) Pániker se ha querido ahorrar eso, prohibiendo la indagación sobre sus asuntillos personales. Pero al mismo tiempo ha cometido un error que Escrivá no cometió: en lugar de quemar sus apuntes como el de Barbastro para que no quedara huella, se los ha dado a un tercero que antes o después acabará criando malvas, y la experiencia nos dice que los historiadores suelen ser bastante indiferentes a las protestas de privacidad de los próceres del pasado. Dicho de otro modo: si existe la documentación, antes o después saldrá a la luz.

En cualquier caso, y muy contrariamente a lo que nos quieren hacer creer, no es en absoluto indiferente su vida, como no es indiferente la vida de ningún intelectual o pensador (ahí está el famosísimo libro de Paul Johnson para demostrarlo). Porque no es indiferente para valorar sus respectivas obras y calibrar el alcance de sus concepciones morales que Carl Schmitt fuera nazi, que Heidegger fuera un ex-novicio rebotado, que Nietzsche estuviera como un cencerro por culpa de la sífilis o, en el caso de nuestra sobrenatural familia, el hecho de que José María Julián Mariano proviniera de una ídem de pequeños comerciantes venidos a menos. Eso del diálogo intelectual puro a que alude la nota de prensa de Vivarium es en parte un mito, en parte un subterfugio para tratar de eludir el juicio de la Historia, para que las generaciones venideras se concentren en mirar la luna y prescindan del dedo que la señala. Pero es que hay veces que el dedo del presunto sabio señala al vacío, que no hay luna por ningún sitio, y entonces lo interesante es volver la vista al propietario del dedo, para tratar de entender cómo demonios ha llegado a la conclusión de que en el sitio donde está apuntando con su índice hay un cuerpo celeste. En cambio, si ocultas el dedo, corres el riesgo de acabar rodeado de una cuchipanda más o menos numerosa de intelectualillos y pedantes de tres al cuarto, que con tal de parecer que son más inteligentes que nadie y han entendido al “maestro”, harán mil piruetas para ponderar las excelencias de un astro ficticio, que en realidad solo existía en el coco enfermo de quien tuvo la ocurrencia de imaginárselo y asignarle un lugar más o menos arbitrario en el espacio.

Por si fuera poco, Paniker jugó un papel relevantísimo en la formación de las elites culturales del franquismo a través de sus múltiples actividades editoriales, formativas y pastorales. El caudal de información que el estudio de su biografía podría proporcionar sobre esa época de la Historia de España, en la actualidad dejada de la mano de Dios (pues se asume acríticamente el tópico progresista del “páramo intelectual franquista” y se renuncia a investigar más), no puede minusvalorarse a la ligera. Y en este sentido, no sé yo hasta qué punto tiene derecho un individuo a sustraer semejante cúmulo de datos del escrutinio público.

Este correo puede parecer extremadamente duro con una figura intelectual que se nos ha ido. No era mi intención. Yo no juzgo a este señor (o mejor dicho, sí le juzgo, pero no pretendo que mi sentencia se imponga como verdad de las cosas en todos los foros). Si escribo esto precisamente aquí es porque, de todos los dichos y hechos de Panikkar a lo largo de su vida, hay algo que no le perdono: su silencio. Su tremenda responsabilidad por omisión, igual que Pérez Tenessa. Cada uno es libre de vivir su “caso” (o si preferís, su dolor) como quiera. Pero estos dos fueron de un egoísmo y de una cobardía, de una indiferencia para con los miles de víctimas de la manera inhumanamente pelagiana de entender la vida cristiana que contribuyeron decisivamente a extender y consolidar, verdaderamente tremendos y asombrosos. Creo que ha sido Ana Azanza la que se ha referido al tema en alguna ocasión. Y yo estoy completamente de acuerdo con ella.

Me puedo equivocar, claro está. Pero ahora que parece que se nos ha prohibido a los investigadores el acceso a los papeles de su vida, tardaremos mucho en enterarnos ¿no?

Puntoycoma




Publicado el Friday, 23 March 2012



 
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