“Queridísimo Javier”: ¡que Jesús te guarde y te coja confesado!

He decidido, que cada mes, te voy escribir una carta, tal como tú haces. Como ya sabrás voy muy atareado, y hago un terrible esfuerzo escribiéndote, espero que lo valores. Aunque seguro que tendré la callada por respuesta. De todos modos, Javier, te puedo dar mi correo electrónico, teléfono… etc. y podemos charlar, cómoda y plácidamente, me quedan en el tintero muchas preguntas y estoy muy falto de respuestas. Seguramente tú me las podrías responder, pero este trabajo lo tienes reservado para los numerosos títeres que tienes debajo tus pies, los llamados directores, transmisores de tu Gracia y con superpoderes visionarios que ni el propio Papa los tiene.

Por lo visto estamos de canchondeillo, ¿qué es esto de tener copyright en obras que pueden beneficiar a toda la comunidad cristiana?, ¿acaso tienes algún secretillo?, ¿acaso se pueden malinterpretar? Pues si tan tontitos somos el resto de la cristiandad, nos las puedes explicar, tenemos tiempo y como no, nos explicas el contexto; lo compartiremos o no, pero lo entenderemos. Con TRASPARENCIA y LA VERDAD se va a todos sitios, Javier.

Javier, he decidido “llevarte” espiritualmente, te doy un punto para meditar en tu tiempo de la noche, para este mes, TRASPARENCIA Y VERDAD. Sólo párate un minutito al día, en tu tiempo de la noche, frente a Dios… no frente a ti mismo…, sí no frente al mismísimo Dios, desnudo, sin nada que ocultar, sin artimañas... tú ya me entiendes. En la próxima carta, el mes que viene, si Dios quiere, ya te adelanto que haremos examen, sobre este punto. Espero que triunfes.

También hago extensiva esta meditación, a ti, director mío, que me lees.

Ya me despido y como sé que tienes aún cosas que hacer y santificar, te increpo a que las acabes y puedas ir a la cama con la tranquilidad de haber hecho las cosas bien hechas. Con todo cariño, te bien dice.

Sin © - JOALJA

Madrid, 29 de enero de 2012.