Me va gustando frecuentar Opus libros, encontrar tanta gente que vivió algo similar pero también distinto a lo que yo viví. Me identifico con Patricio, aunque con palabras me sería difícil explicar algo de lo que él ha explicado. 

Lo que sí quiero expresar, sin hacer polémica, es que sí tuvimos mucho en qué profundizar en la espiritualidad. Para mí lo más maravilloso que me ha podido pasar es entender un poquito (de lo que se puede entender) de la Misa, el centro de la vida espiritual, pero de la VIDA en sí. Hasta ahora pongo en el altar, a la hora del ofertorio, mi vida, mi acción, mis amores, mi trabajo, a mis hijos, a mi esposo, a todos los que tengo cerca porque sé que el sacrificio de Cristo es lo único que hace a la Humanidad agradable a Dios, en la medida que podemos unirnos a Él. Y que después, todo lo que hago, lo que pienso, lo que experimento tiene sentido. Es buenazo lo de la corredención. No puedo olvidar, estuve presente en la homilía del Padre, creo que fue en 1969 o 70, en Pamplona, en que se me grabó todo esto. 

Que había régimen militar, cierto, pero lo hay en tantas instituciones, en tantas familias, para bien y para mal. Todavía trato de rezar el Rosario todos los días, casi nunca lo acabo. Me aburre repetir siempre lo mismo, pero cuando pongo atención me maravillo de ver la Vocación de la Virgen, que dio sentido a su vida y a la de toda la Humanidad, le pido que me ponga bien delante de Dios ahora y en el momento de mi muerte. Todas las mañanas me aburre el proceso de arreglar mi pelo, como nos aburre todo lo que es rutina, pero en esa rutina encontramos a Dios. Nuestros hermanos protestantes nos critican por ese tipo de oraciones, pero en las oraciones que ellos dicen, repiten siempre lo mismo, lo que les sale. Nosotros repetimos frases de la Biblia, de los santos y repetimos, como el mismo Universo es repetitivo.

Ya parece un círculo ja ja. Yo dejé la Obra hace más de 30 años, y no mantengo contacto, a excepción de encuentros casuales con personas que conocí.

La Iglesia en su historia tiene tantos errores, tantos crímenes. Juan Pablo II ha pedido perdón por ellos. Cómo podemos pretender que el Opus Dei fuera perfecto desde su inicio. Yo no sé de leyes, pero ahora represento una Sociedad, y he tenido que ver estatutos, los cuales se renuevan periódicamente porque la Ley surge de la vida, así lo veo yo.

He tratado de comentar algo de lo que he leído. Desgraciadamente pocas veces tengo tiempo de hacerlo. Espero que cada uno de los que escriben, y tratan de liberarse de tanta angustia, de tanta sensación de opresión, tal vez de sentirse utilizados, aprovechados, puedan liberarse de todo eso, y que se llenen de paz interior y se realicen según lo que Dios ha querido de cada uno.

Un abrazo,

Gloria