Me impresiona, el que aun haya personas que duden de la violación de los mas elementales derechos fundamentales por parte de esta llamada “Institución religiosa”, y sobre todo la manifiesta violación de la libertad individual, de la libertad de pensamiento, y de la utilización “maliciosa” de toda la información que obtienen a través del Sacramento de la Confesión y de la famosa Charla Fraterna.

Siento el ofender a algunos con mis palabras, pero quien verdaderamente dude de la veracidad de todo esto, es porque no se enteró de nada en el tiempo que estuvo en el Opus Dei, o incluso aun estando hoy dentro, tampoco se enteran de nada o no quieren enterarse.

Hace ya muchos años que me marché y aún hoy (casi 20 años después), he padecido la violación de estos derechos en un tema familiar que algún día podré hacer público (actualmente no puedo por encontrarse “sub judice” y afectar a personas de mi circulo familiar) y que cuando tengamos Sentencias definitivas, podremos hacerlo público. Solo daré unas pinceladas, para los que aún no creen en que se utiliza toda la información de una persona, incluso cuando ya no pertenecen al Opus Dei.

En procesos de nulidad matrimonial canónica, se ha facilitado a un cónyuge que no es de la Obra (pero sí familia cercana), información sobre el otro cónyuge relativa a tratamientos psiquiátricos provocados por la forma de vida que todos ya conocemos, nombre de profesionales médicos que en su dia trataron a esa persona, cartas enviadas a miembros de la Obra cuando la persona ya no lo es…… Es decir, esa violación de información confidencial trasciende incluso cuando ya no perteneces al Opus Dei. Verdaderamente es algo vergonzoso, el que personas que defienden un cristianismo (no hablo de catolicismo), sean capaces de facilitar a terceros, información obtenida en charlas fraternas, Consejos de Dirección…. Que profesionales de la medicina (con todos mis respetos no son ni profesionales ni médicos) puedan atreverse a violar incluso su secreto profesional en contra de ex miembros, en perjuicio de estos y para mas gravedad, hechos no probables ni constatables.

Profesionales de la medicina, que en muchos casos (yo diría la mayoría), no estaban autorizados a prescribir los tratamientos psiquiátricos que continuamente trataban, pues eran médicos internistas, o de medicina general o traumatólogos…. Pero no psiquiatras, que son los únicos que pueden hacer esto. Pero ya sabemos, en todas las ciudades españolas existían y siguen existiendo médicos miembros del Opus Dei que se dedican a prescribir medicaciones antidepresivas sin estar legítimamente autorizados a ello, pero claro, había que ir a médicos de Casa, porque ¿qué otro medico ajeno a todo esto podía entender estas situaciones sin conocer la vida del Opus Dei?

¿Todavía se duda de la manipulación total de las vidas de las personas?

¿Todavía dudamos del principio básico por el que se rige esta Institución? Maquiavelico: EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS. Si hay que facilitar datos internos para ayudar a una nulidad eclesial de una persona de la Obra, o incluso cercana a la misma, habrá que hacerlo, siempre que sea para que obtenga esa nulidad y pueda casarse y convivir “religiosamente” con su nueva pareja. (Sobre todo cuando esta última también es de familia del Opus Dei).

Hace ya años que cuando estudié en la Facultad de Derecho las nulidades canónicas, llegué a la conclusión de que muchos de los matrimonios que se creen divinos, son una “pantomima”. Pero, a medida que han ido pasando los años, y he vivido muy de cerca varias nulidades eclesiásticas, me ratifico en que la nulidad de un matrimonio es algo tan interno, tan personal, que solo uno sabe si realmente su matrimonio fue nulo o no por vicio del consentimiento, pero por otro lado, es muy fácil convencer al Tribunal de que era un inmaduro, mi pareja maás, que no sabíamos lo que hacíamos…. Y conseguir dicha nulidad, cuando en el fondo es únicamente obtener un papel que me autorice a rehacer mi vida con otra persona. ¿No es mas honrado el asumir que mi matrimonio falló?

En fin, me he desviado un poco del tema, pero viene a colación en el sentido de que en la ciudad donde resido actualmente, el Tribunal Eclesiástico está actualmente compuesto por varios miembros del Opus Dei que se dedican a facilitar la nulidad de los mismos, para así “legalizar” a los ojos de los demás (que no a los del Dios en que creo), situaciones calificadas por la Iglesia como inmorales.

Para mi, la mayor inmoralidad es engañarse a sí mismo, o engañar a los demás con mentiras, y volviendo al tema por el que inicié este escrito, a desvelar datos intimos de cuando una persona perteneció al Opus Dei para favorecer todos estos procesos.

De todas formas, y a pesar de que me dedico a las Leyes, solo creo en una Justicia: LA DIVINA. Y también creo que si verdaderamente existe el Juicio Universal, aquello será el descubrimiento de todas las falacias, artimañas, mentiras y violaciones intimas utilizadas para fines perversos… En fin, allí veremos como ese Dios justo en el que creo, condena a todo aquel que ha violado esos derechos fundamentales, y ensalza a aquellos que no lo hicieron a pesar de que “socialmente fueran descalificados”.

Gracias a todos y esperemos que en algún momento la Iglesia tome conciencia y medidas respecto de todo lo que está saliendo a la luz.

Saludos
Astrea