Opuslibros - Respuesta a Agustina y despedida.- Paulino

Paulino :

Estimada Agustina:

Muchas gracias por tu respuesta. Me dices:

“con la misma libertad de expresión que tú y porque soy la responsable, que nunca jamás Opuslibros será ni promoverá un movimiento religioso de ningún tipo”.

Estoy totalmente de acuerdo contigo; y eso es lo que se entiende y lo que quise decir cuando escribí:

“Ya hemos visto motivos por los que sería inconveniente que Opuslibros se convirtiera en una institución, y que es preferible que siga siendo un simple website: un lugar nuestro de comunicación y de convivencia digital”...

Ni una institución, ni un movimiento, ni nada por el estilo. Libertad. Y al decir “ya hemos visto” sólo usé un recurso habitual para evitar la molestia de estar hablando en primera persona –yo, mi, me, conmigo – en un escrito relativamente largo. Me gustó lo que leí en las FAQs:

"OpusLibros se presenta como una web no confesional... Participan en OpusLibros católicos (practicantes o no), cristianos de otras confesiones, practicantes de otras religiones no cristianas, agnósticos, ateos etc. Cada uno escribe desde su punto de vista y lo único que se exige es el respeto al punto de vista de los demás. OpusLibros no es primariamente un foro para discusión de religión, sino un foro cuyo foco es la actuación de una organización religiosa, el Opus Dei".

Libertad religiosa, libertad de expresión; lo único que se exige es respeto: perfecto. El foco de Opuslibros es la actuación de una organización religiosa, el Opus Dei: muy claro.

Dije que yo no estoy dañado. Pero ahora debo decir que ya me surgió un daño, o al menos algo que me perturba. Nunca pensé que la inspiración del 2 de octubre de 1928 fuera algo preciso y contundente, y menos que todo lo que Josemaría dijera viniera de Dios. Pensé que tuvo una inspiración genérica, y que él iba tratando de realizarla como él la entendía y como mejor iba pudiendo. Y le tuve mucho cariño, que fue bien correspondido. Pero si la santificación de mi trabajo ordinario tuviera que depender del director que me fuera tocando, las cosas no funcionarían, y me salí. Pero no me salí enojado con la Obra, y menos con Josemaría. Yo no estaba dañado.

Una vez, ya muerto Josemaría y yo fuera del Opus Dei, un amigo de la Obra me dijo: “Ya ves, Paullino, el padre pasó, pero la Obra queda”. Y yo le respondí: “Pues para mí sucede al revés; la Obra pasó, pero el padre queda”. Tales han sido mis sentimientos desde que me salí. Pero ahora que empecé a leer Opuslibros, hace apenas un mes, me entero de que Josemaría escribió unas instrucciones terribles, que no respetan la dignidad ni los derechos de las personas, y que han hecho daño a mucha gente. Y eso me perturba; ocupa buena parte de mis pensamientos, que podrían llegar a ser enfermizos.

Es como si de repente descubriera que en una época de su vida mi madre fue traficante de niños. Eso me perturbaría. No voy a obsesionarme con los escritos de Josemaría, pero ciertamente quiero entender cómo fue que esa persona, ¡tan querida!, llegó a escribir cosas tan dañosas. Y además ahora está canonizado. Y me encuentro con un complejo rompecabezas. Si me dedico a tratar de resolverlo mis pensamientos serán positivos, y no enfermizos.

Yo no trato de enseñarle nada a nadie en Opuslibros, como si lo tuviera ya conocido. Lo que empecé a hacer fue una pequeña investigación del todo nueva para mí, a fin de tratar de resolver y entender eso que me perturba; pues me temo que si no lo resuelvo y entiendo, seguirá perturbándome. Yo sé investigar; a eso me dedico. Me he pasado horas investigando seriameente esto en mi casa; y al ver que he logrado algo, lo he redactado y lo he puesto en Opuslibros, porque de ahí surgió el problema y he pensado que ahí debe estar la solución, aunque sea parcial; ojalá llegara a ser total. Y también he pensado que los resutados de esa investigación le pueden servir a otros. De hecho mi investigación va bien, y es prometedora.

Hice una analogía entre Opuslibros y AA (Alcohólicos Anónimos). Y es sólo eso, una analogía. Las analogías ayudan mucho al investigar. Imaginemos que somos alcohólicos, que nos sentimos mal, y que vamos a AA. Ahí conocemos a otros alcohólicos y nos sentimos escuchados, comprendidos y acompañados... y nada más. Eso ya es mucho, pero seguimos siendo alcohólicos (aclaro que ni soy ni nunca he sido alcohólico). Si además encontramos que en AA han descubierto un programa de recuperación –el de los 12 pasos-- que ayuda a superar el alcoholismo, que funciona, y que se puede vivir cuando y como a uno le dé la gana, con plena libertad y sin tener que darle cuentas a nadie, habremos encontrado algo aun mejor.

Pues bien, eso es lo que pienso que sucedería si en Opuslibros descubriéramos una espiritualidad laica, que al venir aquí se pudiera conocer, y que cada quien la pudiera vivir cuando y como le diera la gana, con plena libertad y sin tener que darle cuentas a nadie. Y luego se podría dar a conocer e incluso publicar para beneficio de todos, como ha sucedido con la literatura de AA.

Imaginemos ahora que al entrar a la Obra nos hubieran dado la espiritualidad adecuada, y que con pleno respeto y libertad hubiéramos podido vivir el ideal al que nos habíamos entregado. Habría sido fabuoso. Pero nos dieron una espiritualidad propia de los religiosos, y eso hizo que todo saliera mal. Lo que hizo falta fue una espiritualidad laica, adecuada a la vida en medio del mundo, y que funcionara sin la necesidad de ninguna institución ni de ningún movimiento. Pero esa espiritualidad todavía es desconocida, aunque haga falta para responder bien a la llamada universal a la santidad. Y resulta que esa espiritualidad promete ser la solución para el rompecabezas que traigo entre manos. ¿No fue bueno el descubrimiento de los 12 pasos de AA? ¿Por qué no habría de ser bueno el descubrimiento de la espiritualidad laica?

Y si a alguien le molestan mis escritos la solución sería muy sencilla: que no me leyera. Ni todos tienen que interesarse en lo que yo escribo, ni yo tengo que escribir lo que a otro u otros les interese. Cada quien escribe lo que le interesa; y cada quien lee lo que le interesa. Libertad, pero con respeto, y refiriéndose al foco de interés de Opuslibros. Yo he cumplido con los dos requerimientos.

Veamos ahora lo del infantilismo. ¿Qué sucede cuando un amigo nos pregunta nuestra opinión acerca del Opus Dei, sabiendo que estuvimos ahí? Pues... le decimos lo que pensamos: que en el Opus Dei no se respeta a las personas, ni su dignidad ni sus derechos. ¿Es eso infantilismo? Claro que no. Es más, aquí se ha hecho todo un website para dar a conocer los errores y defectos del Opus Dei. ¿Es eso infantilismo? Claro que no. Infantilismo sería andar divulgándolo –chismorreándolo-- sin ton ni son.

Y si en Opuslibros dejara de respetarse el derecho de expresión --lo cual ya veo que no sucede-- y al salir de aquí alguien nos preguntara nuestra opinión sobre Opuslibros, pues... también se la daríamos –incluido yo--, y tampoco eso sería infantilismo. Es más, también podríamos abrir un website que se llamara Anti-Opusliibros para dar a conocer los errores y defectos de Opuslibros. Y tampoco eso sería infantilismo. Infantilismo sería andar divulgándolo –chismorreándolo-- sin ton ni son. Yo no he amenazado de nada; sólo he tratado de hacer conciencia de lo que sucedería si dejáramos de respetar el derecho de expresión, o cualquier otro derecho de las personas; y además teniendo un enemigo tan poderoso como la Obra. Obsérvese con atención que mi texto no es una amenaza, sino una llamada a una toma de conciencia:

“Si me pides que me vaya me iré con la opinión de... Y así lo haré saber a quien me lo pregunte, aunque yo no lo ande divulgando”.

También quiero darte el consejo de un viejo. Espero que no me lo tomes a mal. Y para ello voy a servirme de otra analogía. Benedicto XVI dio una conferencia de teología en Alemania, y a consecuencia de ello se le echaron encima los musulmanes. Salió en todas las noticias y todos lo recordamos. Y parece que alguien tuvo que decirle algo como esto:

Oye, Benedito, entérate de que tú ya no eres un simple profesor de teología. Ahora eres un Papa, y tienes que tener mucho cuidado con lo que dices.

Pues contigo sucede algo semejante:

Oye, Agustina, entérate de que tú no eres simplemente un miembro más de Opuslibros. Eres la Coordinadora, y tú también debes tener cuidado con lo que dices.

Ante lo escrito por alguien, un inocente “yo también me borro” dicho por ti, es de hecho una invitación a que el otro se retire (antes habría que haber leído con atención su escrito completo, y no irse con la finta de lo dicho por un tercero). Si eso mismo me lo dijera otro, sería sólo una crítica más, y yo la respondería con mejor o peor tino; pero si me lo dices tú, eso ya es otra cosa, porque tú eres la Coordinadora, la anfitriona. A ti te corresponde ser cuidadosa en lo referente a la hospitalidad.

Nada me dices de tu comentario ”yo también me borro” --que ya otro ha repetido a todas luces sin haber leído mi escrito--, y ciertamente respetas mi derecho de expresión --como a regañadientes--; pero no soportas que te hagan observaciones, y no te aguantas las ganas de tildarme de infantilismo. Aquí algunos se divierten burlándose de la Obra y de Josemaría ¡con indudables y ostentosas faltas de respeto! Eso sí es infantilismo. Y como tú lo permites, resulta que los que acaban haciendo más ruido son los irrespetuosos. Y se da la impresión de que aquí se trata de atacar a la Obra y odiar a Josemaría; nada conveniente para Opuslibros.

Aquí se considera como enemigos a la Obra y a Josemaría, y se dan a conocer sus defectos y el daño que hacen, ante la lentitud de respuesta de las autoridades correspondientes, civiles y religiosas. Está bien. Pero aquello de perdonar y de amar a los enemigos... es para sensibilidades extraterrestres...

Pues yo te digo esto: los que no perdonen nunca se van a sanar.

Unos pocos, esos burlones que hacen mucho ruido, hacen que Opuslibros dé la impresión de ser un grupo de personas amargadas que no pueden más que seguir girando enfermizamente alrededor de la Obra, Y eso tú lo permites y avalas, mi estimada Coordinadora.

Ya me di cuenta de que aquí estoy fuera de lugar, y de que no soy bienvenido. Seguiré haciendo mi investigación fuera de aquí. Me voy con mal sabor de boca.

Mis escritos aquí pueden quedar, o podrías borrarlos. Si decidieras borrarlos te lo agradecería; todos están en este mes de noviembre de 2011.

Los quiero y seguiré pidiéndole a Dios por ustedes, acudiendo también a la intercesión de San Josemaría.

Paulino
pqh@hotmail.com

Publicado el Monday, 28 November 2011