Quiero felicitaros por vuestra web y vuestro esfuerzo. Tengo 57 años y cuando tenía 15 escribí una carta al Padre solicitando mi admisión como socio numerario del opus dei. Ese mismo día, según bajaba las escaleras del club Jara en Madrid, empecé a sentirme mal y terminé mi relación con el opus. Puede parecer banal, pero recuerdo claramente que mi vida, aparte del instituto, estaba centrada totalmente en las actividades del club, allí estaban casi todos mis amigos, con ellos hacia un montón de cosas que me parecían interesantes desde hacía años y yo creia sinceramente que (los muchachotes que organizaban aquello) eran unas personas admirables y no esperaba de ellos más que bondad y comprensión. Marcharme de allí me supuso un esfuerzo enorme. En realidad, después de insistir bastante y de que un cura llamado Juan Carlos […] me anunciara mi segura condenación en Molinoviejo durante un curso de retiro al que accedí a ir. Me comunicaron pasado el tiempo que había dejado de ser socio de la obra.

Mi relación con el opus empezó a los 11 años y terminó como he contado. Me dejó un interés importante por el sentimiento religioso del ser humano, he seguido leyendo mucho sobre los diferentes conceptos y/o símbolos de la divinidad en la historia del hombre, creo que sería más correcto decir de la mente humana y echo de menos en vuestra web una sincera discusión sobre algo que me parece mucho más importante que la personalidad (seguramente psicótica) de San Josemaria, o el carácter evidentemente sectario de su obra.

A mí me parece un poco baladí plantearse si la revelación del opus dei al cura Escriba en 1928 es de origen divino o no; no creo que esto se pueda plantear siquiera, pienso que está a la altura de discutir la existencia del ratoncito perez. No parece probable siquiera que el suceso tuviera lugar, me refiero a que él imaginara algo o decidiera qué iba a hacer, todo apunta a una recreación posterior motivada por el éxito.

Lo que echo de menos en personas que reconozco como interesadas en el hecho religioso es una mayor amplitud de miras. Puede ser que el trauma de salir del opus os tenga demasiado entretenidos con el tema concreto. Para mí lo interesante seria profundizar en cómo y por qué el ser humano crea una religión tras otra a lo largo de su existencia, pienso que parece como si nuestra dimensión mental, el paisaje donde nos movemos, nos provocara una necesidad de explicación del universo que, unida a la necesidad de organizarnos políticamente, nos lleva a establecer ritos y liturgias donde podamos sentirnos acompañados, quizá seria más correcto decir menos solos.

Comprendo que vuestro tema es concreto, pero leyendo muchas de vuestra paginas (me ha gustado mucho encontrar la carta de San Josemaria a Franco en el 58 (mi recuerdo del Jara es que todo el mundo era antifranquista). No he podido dejar de pensar si no sería de más ayuda transcender del tema concreto por su futilidad, incluso para las personas que estén traumatizadas por su salida del opus, probablemente les vendría bien un planteamiento más general. Sinceramente pienso que la santa sede no está libre de pecado en todo esto, desde el momento en que reconocen como santo a Monseñor. ¿Por qué no plantearnos que tampoco ellos tienen ningún tipo de relación con la dimensión religiosa del hombre, más allá del éxito histórico de su colaboración a la política en nuestro entorno? Parece evidente que la máxima ambición del fundador del opus era ser Papa, ¿no habrán llegado muchos otros como él a serlo?.

Nada más, seguiré disfrutando con vuestros escritos y leeré algunos de vuestros libros, mis mejores deseos de recuperación para los damnificados.

Un abrazo

Alejandro M.