Hace unos días, hablé con un familiar mío y le comenté lo de que se podía confesar con quien quisiese y hablar con la Numerari@ que le diese la gana. Debe de hacer 20 años que es supernumerari@.

Me preguntó con sorpresa por la famosa carta de J Echevarría, que desconocía y de la que no le habían hablado y aún está sin reponerse de la sorpresa de semejante afirmación de que cada uno es, como siempre, libre de hablar con quien quiera.

Yo misma, recuerdo con horror los cursos anuales, cuando venían a decirte con quien tenía que hablar, gente a la que no había visto en mi vida y le tenía que contar todo tipo de detalles sobre cosas personales. Y, por supuesto, nadie se confesaba con curas que no fuesen de la Obra.

En la catedral de Santiago se hizo, delante del famoso Pórtico de la Gloria-románico- una “fachada-telón”. La gente, por fuera,  ve barroco, pero detrás, hay otro estilo. Pues eso…

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