El dilema del huevico

No es que el artículo de Nelly me hiciera reír, que lo leí muy seriamente, pero es que no puedo evitar en este tema pasar de lo trágico a lo cómico.

Estando en la obra, ya me pasaba. Al oír predicar sobre los rigores de la pobreza, me entraba la risa floja recordando una ejemplar anécdota que consistía en un diálogo que el santo mantuvo con Rosalía, -su doncella preferida y de quien gustaba reírse por su falta de cultura-.

Se presentó Rosalía a la hora de la cena ataviada con su habitual uniforme negro, puntillas, cofia, tacones, y guante blanco. El diálogo fue así:

- Santo: ¿qué me servirás hoy de cena, Rosalía?

- Rosalía (también con acusado acento aragonés): Sopicas de ajo, padre. ¿Con huevico o sin huevico?

- Santo: Sin  huevico, hija, sin huevico, que somos pobres.

Sin palabras,

Un cariñoso abrazo, especialmente para los que os han largado de la obra sin posibilidad de huevicos, porque para huevicos, los que tiene la anécdota! (o también se podría poner “los que tiene elsanto”, tú decides)

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Gracias, Sharon Sharia por recordarnos el nº 55 de la Instrucción sobre el modo de hacer proselitismo. Realmente, no tiene desperdicio.

Los improperios y groserías que el fundador escribe en poco más de tres líneas, los tiene que justificar su sucesor en ocho de letra pequeña.

Su sucesor siempre actuó así. Me confirmo en la idea de que todo lo que Escrivá proponía, Del Portillo (o Portillo, simplemente, antes de que su fundador le impusiera el noble vocablo), ante las arbitrarias ideas de Escrivá, de espíritu simplón y vulgar, en él, más moderado y de pensamiento racional, recaía el trabajo de hacerlas viables, comprensibles y prácticas.

Sin Del Portillo, Escrivá no hubiera pasado de ser un cura rural aunque estrambótico. (Así le calificaba alguno según él mismo escribió).

Si el Fundador, para conseguir su ambición personal, sugería ideas delirantes, Álvaro fue el que las diseñó, y muy sutilmente, las convirtió en viables e inicialmente creíbles.  No hay cóctel más peligroso que las ideas de un loco en manos de un exquisito ejecutivo. Esta pareja, inicialmente nos dio el pego. Pero al pasar el tiempo y romper el silencio, la mentira no se mantiene, y así está el pequeño Javi, sujetando con una mano las columnas de la obra que se le desmorona, y con la otra, tragando pastillas… como todos.

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Respuesta a Novaliolapena

Las gracias a ti, por la sensibilidad que has demostrado señalando el párrafo de mi escrito con el que tanto te has identificado.

Es asombroso que en el fondo, aunque las circunstancias de las personas sean muy distintas, todos tenemos las mismas heridas. ¡Qué fácilmente nos entendemos entre nosotros, y qué difícil –casi imposible- que lo comprendan quienes no lo han vivido!  Pero no quiero dejar pasar la ocasión de hacer notar algo que puede ser de provecho para alguno:

Las cosas que no se han tenido nunca, que se han anhelado siempre se valoran mucho más. Se disfrutan como la primera vez.

Ahora sí podemos gozar con lo que Dios quiso que gozáramos.

En mi vida, en concreto, valoro infinitamente la libertad manifestada en mil pequeños detalles rutinarios para el resto de los mortales, como por ejemplo, abrir la puerta de mi casa y entrar en mi hogar, que no en mi centro.

Y la amistad. La amistad y el amor son un enorme don.

Cuanto más tiempo tienes secuestrados, más los aprecias después.

Un abrazo con cariño,

Fueraborda