No puedo ocultaros que me he quedado perplejo leyendo Anotaciones a artículos publicados... de Jalifer. Yo hacía al Opus Dei mucho más serio, debo confesarlo. 

A tenor de la seriedad que se ponía y que seguramente se seguirá poniendo en el tema de la rectitud doctrinal, no podía imaginarme siquiera, que las condenas de autores y sus obras, se hiciera así a bulto, simplemente porque fulano, mengano y perencejo, fueran amigos, o publicaran sus trabajos en las mismas revistas. 

A qué tanto bombo y platillo en relación con el Indice propio, si al final viene a resultar que en él caían justos y pecadores, “por si acaso”. Ahora va a resultar que ni son todos los que están ni están todos los que son.

Una injusticia flagrante contra aquellos que estaban sin merecerlo y a los que desde luego se difamaba y una injusticia también flagrante, para quienes autorizábamos o prohibíamos lecturas y para los que creíamos en la seriedad de esas calificaciones.

En las notas que se mandaba a las regiones, ¿se pedía disculpas? ¿se mandaba restituir la buena fama a los difamados? ¿se ordenaba que en la charla del primer círculo breve  se dieran explicaciones?

Haenobarbo