Me ha llamado mucho la atención parte del escrito de NyR (Mejor centrarse sólo en hechos comprobados) del pasado 5 de agosto. NyR expresa algunas acusaciones injustas generalizadas a los socios del opus. Específicamente me llamó la atención el punto (f) donde (si entiendo bien) se acusa injustamente a los socios de haber “…vivido de acuerdo con unas actitudes contrarias a la pobreza evangélica que pretenden asumir”.

No estoy segura de entender bien a NyR, pero me gustaría exponer mi opinión al respecto, ya que nadie quien yo conozca, de los que nunca han pertenecido al opus, afirma que los opusinos vivan la pobreza evangélica. Yo pertenezco a ese grupo...

La impresión que dan los opusinos de cara a la sociedad es de señoritos almidonados que viven en palacetes muy lujosos con todas las comodidades, servicio doméstico de primera y buscan a la gente con mucho dinero y poder. Esta realidad de palacetes y sirvientes es muy distante de la escogida por Dios al humanarse. Y ahí tenemos a todo un Dios Omnipotente nacer en una cueva que nadie quería, junto a un burro y a un buey. Ya de entrada no da la impresión de una pobreza evangélica, por lo menos la escogida por Jesús.

-Oye, pero el Vaticano también es un palacete inmenso.

-Sí, pero ¿quién ha dicho que el Vaticano viva la pobreza evangélica?

Es cierto que se supone los opusinos no hacen votos de pobreza y no tienen por qué vivir pobremente. Pasa igual con los sacerdotes diocesanos. Pero entonces resulta irrisorio que los opusinos, quienes se benefician de todos esos lujos, comodidad, amistades de la alta sociedad y poder traten de convencer a la sociedad de lo contrario. Para los de afuera nos resulta ridículo oír a los miembros del opus decir que viven la pobreza. Más bien nos da la impresión que tratan de convencerse a sí mismos de su “realidad”.

-Oye, pero el opus es para todos no nada más para la clase social alta. Tambien hay de otras clases sociales. Las nax y los agregados vivien según su clase social.

-Muy bien, pero los de la sociedad alta son los que “por Dios” pueden tener los puestos directivos y controlar a los de abajo. Si te tocó nacer (como Jesús) en hogar humilde y tu familia de sangre no puede costearte buena educación, entonces “Dios” no quiere que pertenezcas a esa aristocracia de la inteligencia para dirigir la “Obra de Dios” (que se lo digan a San Pedro).

Que la madre guapa obligue a sus hijos ahorrar al máximo y hacer uso sin desperdicio de las cosas hasta el extremo NO es visto por la sociedad no opusina como pobreza (y mucho menos evangélica) sino que mas bien se visualiza como una madre tacaña. Es como si yo agarro el famoso cuento de Charles Dickens de “Un cuento de Navidad” donde Ebenezer Scrooge es visitado por tres espíritus del pasado, presente y futuro y trato de convencer al público que Mr. Scrooge vivía al máximo la virtud de la pobreza ya que no gastaba mas que lo mínimo necesario. Toda la audiencia reiría de mí: “Pero, ¿qué tienes en la cabeza Nelli?, ese es el cuento de un viejo rico y tacaño”. “Oye, Nelli ¿estás hablando en serio o estas siendo sarcástica?”, etc.

-Oye, pero Mr. Scrooge almacenaba dinero solo para él y en el opus se utiliza para Dios.

-Pues si es para Dios entonces ¿qué esperan para repartirlo entre los pobres comenzando con los que dejan la obra con una mano adelante y otra atrás? O pagando la universidad a los numerarios de la obra, especialmente a las nax y agregados (dije universidad, no cursicillos de hostelería). Y como en la obra son libérrimos, que sean los numerarios (incluyendo auxiliares y agregados) los que escojan qué estudiar.

Ahora, que los opusinos entreguen todos sus ingresos a la madre guapa y le tengan que pedir permiso hasta para comprar un café y por eso tengan que andar como limosneros entre parientes y amigos pidiendo dinero, alhajas, ropa o lo que sea la voluntad de su merced porque mi madre guapa no me da para los gastos, NO es visto por la sociedad no opusina como pobreza evangélica porque estando adentro del opus se es beneficiado de esa vida de lujosos palacetes, servidumbre, etc., lo que implica que la madre guapa tiene mucho dinero (por lo menos para sus lujos) y es su obligación, como madre, de dar a sus hijos por lo menos lo mínimo necesario antes de malgastar en lujos. ¿Que pensarían de un limosnero a quien le dan dinero y en lugar de utilizarlo para comer y/o vestir lo malgasta en comprarse un reloj de lujo? O después de que le dan dinero le ven entrar a dormir a su mansión con carro de último año y chofer a la puerta. Pues es así con la madre guapa. Si el opus obliga como mínimo necesario tener graduarse como profesional para poder ser numerario elite y capturaron al numerario antes de terminar la carrera, entonces es su obligación de pagar la universidad antes de adornar lujosamente sus propiedades. Desconozco cuál es diálogo interno de los opusinos y/o ex opusinos, supongo que es que todo el dinero que ganaron se lo entregaron a Dios y que sufrieron muchas penurias económicas cuando tenían que salir a la sociedad y no podían ir a comer con los compañeros de trabajo, ni salir a comprar un pantalón, etc., y por eso se vivió la pobreza evangélica. Pero visto desde afuera, esto dista mucho de ser pobreza evangélica y con el dolor de mi corazón y con la cara llena de pena ajena, no queda mas que decir: “Mi hermano: te estafaron. No eres el único. A todos nos han estafado alguna vez. Y aquí estoy, junto a ti, para apoyarte y ayudar a desenmascarar a ese gran estafador”.

Un abrazo,

Nelli