Redondeando el relato. concluyo que la Nunciatura no hizo nada. Les cuento que el secretario del Nuncio me puso al tanto de de la rebeldía de la conferencia episcopal -silenciosa y no declarada- contra el Papa, a quién consideraban un ser lejano y ajeno a la realidad de nuestro país. Es justo resaltar que la ùnica voz disonante ha sido la de un Obispo de la obra, a quien precisamente lo puse como testigo. Sin embargo, el Director de la Delegación, hoy sacerdote, me hizo decir a través de otra persona, que si fuera él no presentaría la denuncia contra el arzobispo. La denuncia en realidad ya habìa sido presentada.

Como lo dije en la correspondencia anterior, no me gustaba esta página web, no me gustan las expresiones tan clericales, pero valoro la importancia que tiene para comunicarnos. Después de haber leído a Novaliólapena y a mucho otros más, luego de 10 años de haber dejado la obra y nunca haber vuelto a pisarla, y de los sucesos que rodearon a la denuncia contra el arzobispo, me pregunto ¿Qué es todo ésto? ¿Qué es la obra? ¿fuimos estafados? ¿acaso fue irreal la felicidad -que nunca antes había sentido- embriagadora de las tertulias de los cursos anuales, cuando cantábamos villancicos y canciones de casa? ¿o la felicidad del último pitaje? ¿qué fue todo eso? Todos los que nos hemos ido, fuimos estafados? o dicho desde otro aspecto, ¿acaso somos débiles mentales?

charlypitt