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II – El síndrome de Ananías y Safira... y otras consideraciones

 

Bueno... llevo tiempo con planes de escribir, pero ando parco del precioso recurso que se mide en segundos, minutos y horas... buena señal después de años sin trabajo por incompatibilidad entre salidas profesionales al alcance de mi mano y la pertenencia a la Prelatura. Pido disculpas a los que preferiríais que “los de la peña esa no escribieran por aquí” y además que últimamente lo que escribo está, básicamente, destinado a los miembros y constelación de gente que se mueve en la órbita de la Prelatura y que frecuenta OpusLibros (JM, etc.), con la esperanza de que vayan abriendo los ojos. Además me interesa sobre todo la objetividad que emana de los hechos y acontecimientos. La polémica es interesante, sin duda, pero poco fructífera. No es mi intención juzgar a nadie (eso lo dejo a Dios)...



Hoy escribo por una inspiración al leer un famoso episodio de Hechos ( 5, 1-11) y para contestar y agradecer algunos posts interesantes, especialmente contribuciones recientes que van en dirección de algo que ya mencione en otro escrito: que la Obra empieza peligrosamente a seguir la senda del descamino cismático... pero perfectamente previsible al arribar a las últimas consecuencias del obrar intrínseco que le es propio.

 

A ver... el famoso texto:1Mas un varón llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una posesión, 2Y defraudó del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo una parte, púsola a los pies de los apóstoles. 3Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué ha llenado Satanás tu corazón a que mintieses al Espíritu Santo, y defraudases del precio de la heredad? 4Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu potestad? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. 5Entonces Ananías, oyendo estas palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron. 6Y levantándose los mancebos, le tomaron, y sacándolo, sepultáronlo. 7 Y pasado espacio como de tres horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido. 8Entonces Pedro le dijo: Dime: ¿vendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo: Sí, en tanto. 9Y Pedro le dijo: ¿Por qué os concertasteis para tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán. 10Y luego cayó a los pies de él, y expiró: y entrados los mancebos, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido. 11Y vino un gran temor en toda la iglesia, y en todos los que oyeron estas cosas.”

 

AL leer esto me quedé asombrado con la cantidad de situaciones en la Obra que huelen al ‘Síndrome de Ananias y Safira’:

 

- ¿No es verdad que la gran mayoría de instituciones en la Iglesia han sido fundadas por personas, más o menos inspiradas por Dios (nadie pronuncia el Nombre de Dios sin un particular movimiento del Espíritu; San Pablo), muchas de ellas grandes santos, sin una especial intervención Divina y no existe nada de malo o extraño en eso? – ¿Por qué entonces tanta insistencia del Fundador en atribuir ab-so-lu-ta-men-te todo a Dios? – ¿Que temía? - El problema de la Obra no es si ha sido o no totalmente inspirada por Dios (todo lleva a creer que no, al menos como fenómeno pastoral organizado) pero si el hecho de que verificada una determinada situación, de inmediato se le atribuya otra. No hay mal alguno y aún menoscabo en que las Hermanas de la Caridad o los Jesuitas no hayan sido inspiradas por Dios hasta los más nimios detalles. ¿No ha sido San Ignacio de Loyola un gran Santo y su institución un pilar de la Iglesia durante siglos? – Pero sus ejercicios son conocidos como “Ignacianos’ y no como ‘Divinos’ y eso en nada menoscaba su santidad y eficacia. No se necesita ser un Oráculo de Delphos para intuir que esta ‘divinización’ absoluta y absurda de TODO lo que se hace en la Obra será la causa de su disolución, si no cambia.

- Otra: si los numerari@s tienen que entregar todo su sueldo, ¿por qué no consta en los estatutos o el catecismo?; y si estos nada estipulan en ese sentido, ¿entonces por qué tienen que entregarlo todo?

- Otra: ¡Confío más en un hijo mío que en cien notarios juntos! – ¡Ah sí? Entonces ¿por qué la cuenta de gastos (en la Obra se confunde Pobreza con Templanza, pero eso será para otro escrito), los informes, la antigua violación de la correspondencia, las consultas constantes para todo que hacen a los adultos gente infantilizada, sin criterio proprio para casi nada?

- Otra: Vivimos con una norma de vida (=regla), hacemos algo semejante a votos privados, pero no somos religiosos. Entonces quá rayo somos... ¿alguien lo sabe?

- Otra: La Obra es una ‘organización desorganizada’... ¡sin comentarios!

- Otra: ‘De cien almas nos interesan las cien’... por eso mi amigo Shaka-Zulu ha sido ‘expulsado’ de mi centro aprovechando mi ausencia!

- Como escribe Doserra: “La Obra, de hecho, es eminentemente laical; aunque de derecho sea clerical, porque el Presidente General y los Consiliarios Regionales han de ser siempre sacerdotes; porque la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz completamente la vivifica (Decretum laudis, 1947); y porque todos los socios Numerarios –aunque lleguen pocos a recibir las órdenes sagradas- están en preparación para el sacerdocio, ya que viven todas las virtudes sacerdotales y hacen –a altura universitaria- todos los estudios propios de los sacerdotes” (Carta Ad serviendum, cit., n. 7).

- [...]

¿El síndrome de Ananías y Safira? - Una mentira sí... pero, ¿una mentira gratuita a la cual le parece faltar una necesidad intrínseca? – ¿Aparentar la Virtud que no se tiene? - ¿Querer más de lo que se es? Conclusión principal de todo esto: En la Obra no se respeta el famoso ‘principio de la no contradicción”.

 

Este síndrome terminará llevando a la Obra al cisma. Quizás durante años la situación no estuvo clarificada, pero ahora que la Santa Sede ha determinado al parecer con claridad absoluta lo que tiene que debe hacerse con la pseudo-dirección espiritual, la situación se vuelve bien precaria. Me gustaría terminar con unas consideraciones que más bien me parecen graves teniendo en mente a los que todavía seguimos dentro y consultamos OpusLibros:

 

- Ubi Petrus Ubi eclesia – Sin unión al Santo Padre no hay unión con Cristo y menos aún con el Espíritu Santo... es cuestión de tiempo que la Obra se seque totalmente.

 

- Piensan el Prelado y los directores centrales que al Señor le agrada la desobediencia a los dictados del Papa y de la Santa Sede? – Piensan acaso entretenerse hasta que venga otro Papa, pero se olvidan de Gamaliel “si esto viene de Dios...” o San Pablo “duro te es luchar contra el aguijón”. Señores siendo la indicación del Vaticano de origen Divina, pues venga quien venga no cambiará por nada la Ley de la Iglesia en esto. Os recuerdo que el Papa, sí es legítimo, sí tiene la famosa gracia de estado, sea quien sea. Es una ilusión y una grandísima falta de prudencia de Gobierno pensar que otro Papa deje las cosas como están.

 

- Disuelta la unión disciplinar con la Iglesia, ya no tiene sentido la unión con los directores y TODOS LOS MIEMBROS de la Obra que leen esto, pueden tener a ciencia cierta que ¡se terminó la acción del Espíritu Santo por el canal de la obediencia! – Queda sólo lo que el Paráclito sople en el alma de cada un@.

 

- Sin unión con Dios y la Iglesia no hay verdadero APOSTOLADO... señores... ¿a qué vamos?? - ¿A hacer un proselitismo típico de las sectas? - ¿A eso nos apuntamos? - ¿El futuro? – Una verdadera secta... ¡es la fase terminal de la enfermedad!

 

La gravedad OBJETIVA de esta falta de docilidad a la Iglesia es ahora casi pública y creo que se debería publicar algo en los periódicos, pero algo bien escrito y fundamentado. Incluso ya hay material suficiente para publicar un ensayo-libro sobre “Los errores teológicos y pastorales del Opus Dei”. Ya no se trata de ex-miembros rencorosos o rabiosos, pero de hechos palpables y documentados, con nombres y apellidos. Yo todavía no soy un ex, pero seguramente no seguiré embaucado en una nave que va al cisma. Mientras tanto voy hablando con este y aquel otro, una cerveza por delante, y les doy una charla informal a algunos de Casa o que ‘frecuentan’: “Lo Bueno y lo Malo del Opus Dei”.

 

La gente por ahí es menos tonta y de pronto se percatan de lo exótico que resultan muchas cosas... otros ni tanto, pero tampoco interesan al ‘lado escuro’. Os invito a todos que leéis a hacer lo mismo. La Obra esta efectivamente ‘en nuestras (y vuestras) manos... ¡más que nunca!

 

¡Con Dios no se juega impunemente!

 

Copio un párrafo de un extracto del libro de Jesús Infante... ¡profético! … pero totalmente previsible (La negrita ES mía):

 

“Crear una prelatura personal con jurisdicción sobre miles de miembros, sacerdotes y laicos esparcidos por el mundo, significaba la instauración de un régimen eclesial bicéfalo en cada diócesis, con el enorme peligro que ello representaba en el futuro, si el Opus Dei siguiera dispuesto a ir por su cuenta, como ha ido hasta el presente, y no obedecer a un próximo papa después del fallecimiento de Juan Pablo II.”

 

Finalmente agradezco personalmente a Daniel_M lo que escribió contestando a un escrito mío mas bien biográfico... y los mails privados. Ya sé que no se debe abrir la intimidad así en público, pero algo tuve que hacer para que quedase claro el problema ‘vocacional’ en la Obra. En cuanto al Salvar Almas, pues tengo opinión claramente opuesta avalada por hechos y datos de sucesos personales, a los cuales no tienen absolutamente ningún acceso, que confirman su autenticidad... mejor: el origen sobrenatural de lo que hacen… y como “si Satanás está dividido contra si, como puede prevalecer” es fácil sacar de donde proviene la inspiración. Pero esto le contestaré personalmente a su mail particular... espera, es cuestión de tiempo, pero prometo contestar.

 

Saludos a todos

Kipepeo

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Publicado el Monday, 13 June 2011



 
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