Ambos vivíamos en SAETA por aquel entonces, juntó dinero de algunos amigos y se los trajo en avión ¡Cuántas correcciones fraternas le cayeron encima! Menos mal que era uno de los primeros y eso le daba ciertas licencias de actuación. La Comisión no le dejó que se dictara el controvertido Taller en Alpamayo. No importó. Me invitó a asistir, no pedí permiso a mi Director, conseguí una cámara de video y fui para allá.

Éramos alrededor de una decena de personas, pocos supernumerarios, supernumerarias, numerarias y varios cristianos corrientes. Las numerarias salieron despavoridas tras la primera sesión. Efectivamente, los colombianos hablaban sin pelos en la lengua y los talleres eran sumamente interactivos, con juegos de roles, etc. Reímos mucho y nos dimos cuenta que no sabíamos cómo hablar de sexo. Recuerdo aún cuando, en las postrimerías del Taller, XY  preguntó a un supernumerario: "entonces, ¿Qué debe hacer un chico cuando su enamorada le pide que la lleve a un hostal?" y éste respondió: "¡Rezar!" con presteza. Carcajadas. Entender aquello era masticar hueso, un giro copernicano.

De arranque los simpáticos colombianos hicieron referencia a la doctrina de Escrivá en esta materia, la Santa Pureza y, que debía acomodarse a la mentalidad joven de la actualidad. Escándalo entre curas de la Prelatura. Hablar de pureza con el salvajismo de los jóvenes de hoy... ¡Puaj! repetía el Padre V, otro de los primeros.

Inmediatamente las numerarias escandalizadas empezaron una campaña en contra de los Talleres y la locura del Padre A.C.

Pasamos unos días lindos con los colombianos. Nunca fueron invitados a la Tertulia en SAETA a pesar que ya otros supernumerarios habían pisado la sacra alfombra de la Sala de Estar. Definitivamente el Padrecito se la había jugado con el rejalgar de varios de la Comisión.

Se marcharon y una simpática supernumeraria  se hizo cargo del programa. Fue todo un plano inclinado, torturada por su Confesor y la numeraria que llevaba su charla. Mirada con desprecio le cerraron de un portazo las puertas del Salcantay (Colegio para Mujeres) y otras tantas "labores personales". Y es que las Directoras de la "sección femenina" son de temer. Don A., la llenaba de ánimos para que perseverase. La incompatibilidad entre los distintos quereres de Dios, que sí, que no, cosa de locos. Recuerdo los ataques de cansancio de Don A. Caía rendido en cama hasta que el corazón empezó a fallarle. Ir contra corriente, pensar por sí mismo pocos lo resisten sin verse afectados en la salud física y mental.

Hoy y ahora el programa Teen Aid Perú - todavía conservo mi Diploma - ha cambiado de nombre a "protege tu corazón". Únicamente espero que aquel fuego que la pareja de colombianos nos trasmitió no haya sido trastocado al acaramelado asco de Escrivá por todo aquello que tenía relación con el sexo donde sólo cabía mantener la pureza con los "sé valiente, huye", rezando muchas "bendita sea tu pureza", "acordaos", agua bendita o pidiendo referencias al cura por chicas del Colegio de sexo opuesto para tener un santo romance. Escrivá nunca pretendió hacer frente a "la tentación de la carne" sino reprimirla huyendo o castigando el cuerpo.

Desde esta Web un saludo muy cariñoso para el P. A.C, XY y XX y ¡Cómo no! para C. V. Aún te recuerdo cuando llegaste a Chiclayo para promocionar el Taller y me dijiste: "Por favor preséntame a personas de mente abierta porque con las numerarias me estrello".

Nicanor

nicanor.wong@gmail.com