La votación entre los contendores Keiko Fujimori y Ollanta Humala ha presentado un matiz sumamente interesante en cuanto a la intervención de la Prelatura en el mismo. Como bien sabrán, la carta protesta publicada por el Premio Nobel Mario Vargas Llosa contra el Cardenal Juan Luis Cipriani ha sido contundente. Por una parte el Cardenal clama desde el púlpito - durante la "explicación de la parábola" - que es muy fácil votar por alguien cuando no se vive en Perú (Don Vargas Llosa radica en España), a lo que Don Mario le expone que eso se llama "libertad de expresión" para con un Cardenal que no gritó durante la esterilización de miles de campesinas durante el gobierno del padre de Keiko. El lector ha de conocer que, durante ese periodo, el segundo del Ministro de Salud era un numerario y había muchas posibilidades que el Ministro pitase.

El Cardenal responde a Don Mario que sí le criticó, pero en privado. Hoy y ahora (nunc coepi!) deben haber enviado papelito formato A-6 al mismo para que deje de introducir en la parábola del "Joven Rico" que el pueblo peruano dé su voto a la Sra. Fujimori. Pero, ¿Qué más hay detrás? Las metidas de pata de los segundos de Keiko: el numerario Rafael Rey y la ex supernumeraria (tal vez hay vuelto, lo cierto es que quedó como Cooperadora), Martha Chávez. Ambos radicales en sus declaraciones, no han dudado en volver al pasado - cuando gobernaban al lado de Alberto Fujimori - y el abuso que se ha cometido contra el ex presidente y varios militares en la lucha contra el terrorismo. Por demás decir que ahora el Cardenal afirma que nunca mencionó que "los derechos humanos son una cojudez" contra de la ONG de la Sra. Coll sino la mala interpretación de mentes torcidas que hemos visto el video en el que, reunido con militares dice: "los derechos humanos son una cojudez", toda una ilusión óptica auditiva. Increíble recibir la información de las innumerables ocasiones en que la Curia Romana ha invitado al Cardenal para súper puestos en Roma y alejarlo de la antipatía que sigue ocasionando entre los católicos peruanos. La Prelatura ha decidido que debe mantenerse en Perú para no perder su presencia y poder en el país.

Personalmente ningún candidato llena el ojo pero uno va avalado con toda la fuerza de la Prelatura donde "se encontrarán dragones" para abatir al temible Ollanta Humala. Tras las desacertadas opiniones de la Prelatura ("todos somos Opus Dei"- Escrivá), han optado por callar. Así pues, el panorama electoral va de "guatepeor" a "guatefatal" con una futura presidente, un primer ministro numerario, otra Ministro Cooperadara y como Director Espiritual al mismísimo Cardenal.

Nicanor

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