mariki :
COMO POR UN PLANO INCLINADO…
Aprendiste a leer con la vida de santa Teresa… tienes grabado en el alma como jugaba a capillitas con un hermano suyo, o cuando se escapó de casa para hacerse mártir y que la asesinaran los infieles… Es más, lo intentaste tu también, pero imposible hacer un muro vertical… El único modo posible era alinear piedritas en el suelo y eso no tenía tanta gracia… En cuanto a lo del martirio…
La obra también tiene su niña santa y mártir: Montse y multitud de ejemplos de niñas a tu alrededor, que día a día emprenden el camino del martirio con su familia “de sangre” (Así se denomina en argot opusino a tu madre, tu padre, tu familia, tus hermanos y hermanas)… Ya no son importantes, es más, se convierten en un obstáculo que es imprescindible saltar muchas veces para tu santidad… Es fundamental despegarse, tomar distancia, ahora estás destinada a labores más elevadas…Los obstáculos se multiplican como setas y es necesario ir apartándolos de tu vida diaria con decisión y método...
Tu padre, que riñe, que usa zapatillas de cuadros y bata de paño, y que tiene poca paciencia: NO.
El Padre con su sonrisa meliflua y sus continuos chascarrillos peliculeros: SI.
Tu madre con su graciadeestadoque todolosabe y sus manías sobre el orden: NO.
La madre guapa (La obra) con sus normas, protocolos y sus exigencias salvajes: Si.
Tus hermanos con sus patadas en la espinilla y las apropiaciones indebidas de tus cosas: NO.
El sacerdote de tu centro con su alzacuello XXL, y sus anécdotas egocéntricas: SÍ.
Tu tía Pepita con sus manías y sus comentarios sarcásticos sobre los parecidos razonables de las numes con las monjas: NO
La tía Carmen con su collar de perlas y su dedicación a la obra: SI.
Tus amigas del cole con sus faldas cortas y la hormona puesta de pie: NO.
Tus hermanas en la fe, con sus bañadores de faldita, y sus rebecas sobre los hombros: SI.
Los niños de la parroquia con sus camisetas de canalé desvaídas: No.
Las niñas de San Rafael, con su uniforme de colegio de fomento: SI.
Las salidas con tus amigas para tomar un helado y reírte hasta del lucero del alba: NO.
Las romerías con tres rosarios y tres padrenuestros adicionales, cuesta arriba, cuesta abajo: SI.
El ir por la calle fijándote en la gente o viendo lo guapa que luces reflejada en los escaparates: NO.
El ir contabilizando jaculatorias y/o recogida rezando rosarios: SÍ.
El sentir mariposas en el estómago, con ese niño “tan mono” que te mira y te dice: Parece que va a llover: NO.
Las risas nerviosas cuando vais de dos en dos delante del cura cuando llega o se va, o detrás si subís escaleras: SÍ.
El ir a dormir a casa de una amiga y pintarse las uñas de los pies o escuchar música y hablar de chicos: NO.
Ir a Misa a las doce de la noche, vestida como si fueras al Casino, a celebrar los aniversarios de la obra: SI.
Gritar en un concierto o hacer varias horas de cola para pedir un autógrafo a tu cantante favorito: NO.
Llorar como una magdalena en las películas de las tertulias del Padre: SÍ.
Ir al monte en pandilla y hacerse la encontradiza con los chicos: NO.
Ir a una playa desierta llena de guijarros que no hay quien se descalce, 50 niñas, todas en manada y ponerse a rezar el rosario por la orilla de dos en dos: SÍ.
Todo va colocándose en su lugar como las piezas de un puzzle. Lo que no sabes es que responde a un plan determinado nunca nada en esa institución queda al azar…
¡Todo previsto y programado!
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Publicado el Wednesday, 18 May 2011
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