Latem me pesca de sorpresa. El padre Emilio, ahora Vicario Regional. Ya el anterior, español, que había radicado muchos años en Argentina, pasaba como un cura al que se le había pegado la picardía argentina. Narro algunas cosas para Latem y para todos:

a. Emilio y sus bolas de arena

b. Emilio secuestrado

c. "Deseos" de ser cura

EMILIO Y SUS BOLAS DE ARENA

De Emilio recuerdo, al poco de conocerlo, su rostro inexpresivo, a tal grado que - durante un paseo a la playa al que fuimos varios chicos de San Rafael - jugamos a la "guerra de arena". Mi hermano se encontraba a mi lado y Emilio salió de su "trinchera" con una bola de arena. Lo "rellenamos" de arenazos y seguía caminando como zombie hacia nosotros y dejó caer la bola sobre la cabeza, dio media vuelta y se retiró a su bando. Reíamos a carcajadas. Mi hermano me comentó: "¿Este tipo está bien de la cabeza?". Y es que Emilio siempre fue un abogado tieso que nunca ejerció. Durante una tertulia con supernumerarios, el anterior vicario comentó de la pronta ordenación de Emilio, a lo que uno de los presentes comentó: "¡Nunca me confesaría con Emilio!"

Para mi suerte nunca le oí predicar, sí me dio la instrucción preliminar para todos los recién pitados. Imagino que, como todos, es un repetir de loro lo que se recoge en los manuales de formación.

EMILIO SECUESTRADO

Otro suceso acontecido a Emilio fue su secuestro por parte de dos agentes de la policía. Acompañado de otro numerario los corruptos agentes les pidieron dinero. Para mala suerte de ellos no era hora en la que los numerarios solemos pasar a hacer "caja" con el Secretario del Centro. Emilio pidió que les siguiesen porque el dinero lo tenía en su casa y los llevó directamente a casa de un supernumerario comandante de la policía y arrestaron a los facinerosos. Hierático pero de tonto ni un pelo.

"DESEOS" DE SER CURA

Se decía que desde hacía muchos años atrás solicitaba ser cura. De hecho, para ser cura un numerario debe pedirlo. Aunque Escrivá dijera que se sentía dichoso si alguno de sus hijos, en plena ordenación sacerdotal, dijera que "no", a todos los que se les invita a ir a Roma se les dice suavemente que, algo divino ha movido a los Directores y al Padre para plantearles tal solicitud.

Rodeados de tantos efluvios divinos serán muchos los numerarios que se ordenan sacerdotes. Desde las instrucciones de recién pitado ya se nos dice que hemos de tener la plena disponibilidad de serlo si es que el Padre nos lo solicita. O sea, ¿Los numerarios son seminaristas? Sí. A todos se nos "prepara" para serlo con los "Estudios Internos". De hecho, me pareció sumamente lógico la respuesta de un numerario buscando dónde alojarse durante la canonización de Escrivá para alojarse en convento destinado para seminaristas. Al ser preguntado si es que un fiel de la Prelatura era Seminarista respondió: "¡Por supuesto! Para eso nos preparan en el Opus Dei". Esta anécdota la narraba con toda naturalidad. Había captado perfectamente la espiritualidad de la Obra.

Nicanor

nicanor.wong@gmail.com