Hace ya más de un año que dejé la obra, después de 12 dentro de ella. Leyendo el artículo de María ML y su contestación de Gómez, me he sentido bastante identificado y quería plantear otra duda por si alguien puede darme alguna idea.

Desde que salí de la obra, he ido dejando de practicar cada vez más de manera natural, ya que me fui porque noté cómo el cumplimiento de las normas me producía cada vez más ansiedad. El caso es que ahora -al igual que Maria ML- noto como la doctrina de la obra la tengo grabada a fuego. Y no consigo que me deje de importar aquello de "no escandalizar", por eso, aunque yo no practico exteriormente -no voy si quiera a misa los domingos- no quiero escandalizar a la gente que sigue cerca de mí (unos de la obra, otros simples católicos y otros, buenos amigos que se "extrañarían" de mi nuevo comportamiento.

Vivo lejos de la ciudad donde viven mis padres (ambos supernumerarios), con lo cual, el día a día no me supone ninguna tensión en lo que ellos puedan pensar. Les quiero mucho y el problema viene cuando paso algún fin de semana con ellos o unas fiestas como navidad o semana santa donde hay muchos días de precepto, en los que me sigue dando vergüenza que me vean no comulgar si coincidimos en misa; o, mucho peor, si ven que no he ido a misa sin motivo alguno...

Pues nada, espero que alguien tenga algún consejillo para este menda que intenta depurar su mente poco a poco.

Abrazos,

freesoul