Queridos todos:

He indagado profundamente en su sitio web y no salgo del asombro de algunos testimonios, entiendo que algunos pueden estar cargados de ira y resentimiento, que son consecuencia lógica del mal trato recibido, aunque quizás en otros casos carezca de justificación, al menos a mis ojos. De cualquier manera, insisto que no salgo de mi asombro.

En lo personal he sido aspirante a numerario entre mis 14,5 años y mis 16,5 (dos años). He vivido experiencias increíblemente buenas y otras no tanto; como en cualquier ámbito de la vida, ¿no? Todas estas cosas tuvieron un impacto en mi consiente y en mi subconsciente (incursioné en la terapia psicológica en algún momento)...

Bueno concretamente les quería robar un poco de su tiempo preguntándoles sobre el estado actual de la Obra en Argentina. Mis padres son supernumerarios hace unas cuantas décadas. Ellos, como tantísimos supernumerarios, no querían que yo “pité”; porque en su experiencia han visto adolescentes de a centenares irse de la Obra por la puerta de atrás. Esta interpretación no la hice yo, sino que mi director espiritual de aquel entonces, el hoy Padre P. G., una persona con la que tengo un aprecio gigante y es mutuo. El siempre tuvo el menos común de los sentidos: el sentido común y nunca me trató como perro cuando me fui o me fueron de la Obra; al contrario continuó teniendo contacto conmigo incluso hasta hoy que han pasado más de diez años desde que “despité”.

Me preocupan sobremanera varios aspectos, coincido con la vivencia que publicó un ex Opus en el sitio web (no recuerdo ahora su nombre), que los supernumerarios son lo más santo que hay. Aún así, me preocupa un poco mi madre, tiene un obrar y pensar super culposo, y en cierta parte adjudico esto a su pertenencia a la Obra, aunque ella tiene algunos trastornos propios y anteriores a la Obra.

Por otra parte, me pone los pelos de punta el trato que algunos comentan tiene los numerarios mayores, drogados en muchos casos. Realmente me cuesta mucho creer esto, en verdad es por el miedo que me da eso, porque tengo muchos numerarios que formaron parte de mi vida en forma intensa y tarde o temprano terminarán en un centro de mayores; los aprecio mucho y no los quiero ver como unos locos abandonados. Repito, no dudo de la veracidad de los testimonios publicados en la página, simplemente que algunos de ellos me dan pavura y negación, como ser:

-          Los informes detallados que llevan los directores sobre cada aspecto de la vida de los miembros, en especial sobre su actividad sexual, aunque esta sea nula.

-          Los numerarios mayores tratados como locos.

-          La ausencia de aportes a la seguridad social en España.

-          La cantidad de miembros que se van de la Obra y los pocos que ingresan.

-          Que en el Centro de Estudios de Buenos Aires vivan un puñado no más.

-          El morbo con el que se indaga a los supernumerarios sobre su vida sexual.

-          La obsesión sobre vida sexual en general es repugnante, mi confesor de aquel entonces siempre me decía: “Por algo es el sexto mandamiento y no el primero”. ¿Quién sabe si era consecuente en las reuniones del consejo local?; yo pienso que sí, pero con todo lo que leí ya dudo hasta de mi madre.

Cada vez que alguien ataca a la Obra, la defiendo a capa y espada, como también lo hago con nuestra Iglesia, no tolero que alguien hable de lo que no sabe y menos en cuanto a la moralidad o inmoralidad de las personas; hoy en Argentina y en el mundo general, ser cristiano es de idiota, se nos considera hipócritas y moralistas en el peor de los sentidos. Y pensar que Cristo vino al mundo y predicó con el amor de su obrar ¿acaso hemos entendido algo de todo eso? Han pasado más de dos mil años de su venida y seguimos maltratándonos entre nosotros; pensar que de San Pablo y los primeros cristianos se decía: “Mirad como se aman”.

Cada vez que por alguna circunstancia puntual me acerco a la confesión con un sacerdote que no es mi director espiritual, me miran con cara mala, no nos estiman en las diócesis, al menos en general. Incluso a los que nos fuimos, nos miran como pobres tipos, como anticuados, como cuadrados y cuantas cosas más.

No dejo de agradecerles por la intención de su sitio web; espero que me den novedades sobre Argentina, más que nada porque no me interesa saber las miserias de cada uno, sino tener otro punto de vista sobre lo que fue una parte importantísima de mi vida. Yo estuve ligado muchísimo a P. G., P. F., el Padre J. F., el Padre L. D., J. L. G., (un santo en la tierra), D. L., F. G., y cuantos otros que no me vienen a la cabeza en este momento.

Aguardo su respuesta con la ansiedad previa de un niño ante sus regalos de cumpleaños.

Con todo mi afecto, los saludo desde Argentina.

Nachi