Al hilo del post de JM, me gustaría preguntarle a qué cambios se refiere cuando dice “se percibe que también en las sedes de las delegaciones, los directores no están seguros de los cambios que han tenido lugar en los últimos dos años”.

Dejando aparte la ingenuidad seráfica de esperar que echevarría lea esta web, hay algo en este post que se me escapa: ¿por qué no está claro lo que hay que decir a las personas? ¿qué cambios han tenido lugar en estos últimos años que hacen que los directores se sientan inseguros?

Es evidente que la sociedad ha cambiado y, velis nolis, habrá cambiado también la vida en la peña esa, por lo menos para quienes tienen un trabajo civil. No sé si los cambios que menciona JM se refieren a que no es fácil dirigir cuando es dificil aplicar los mecanismos de control tradicionales, porque l@s numerari@s (l@s que quedan) deben viajar más a menudo por su trabajo (antes viajaban tres privilegiad@s), al control de la correspondencia, que con la aparición del correo electrónico se ha hecho punto menos que imposible, o a que los horarios profesionales no les permiten la vida en los centros entendida como oración/misa/desayuno, almuerzo/visita/tertulia, cena/tertulia/ y nadie bajo ningún concepto podía llegar tarde al centro por la noche; de hecho si era una numeraria ya podía darse por j***da porque pasar la noche fuera del centro sin permiso de cuantas directoras en el mundo han sido significaba la expulsión en vivo y en directo.

Entiendo que para vocaciones recientes, si alguna persevera, sí que se plantean muchos dilemas que antes ni existían; quizá por eso ha llegado el momento de considerar la veracidad de aquellas afirmaciones, “la obra no necesita aggiornamento porque no está sujeta a modas temporales”, o “el espíritu de casa es un guante de goma que se adapta con precisión a la mano que lo usa”, o “somos los demás”. Si fueran ciertas, no tendría esa peña los problemas que tiene ahora, cuando la realidad de la vida va por un camino y ellos van por otro que ni siquiera roza el mundo real.

Por otra parte, ¿qué ha cambiado en casos como el de Merina, con treinta años dedicada a las labores internas, con subsistencia y alojamiento y las necesidades más básicas del ser humano dependiendo de la peña esa? ¿Qué no se le puede pedir ahora que pudiera pedírsele antes?

Calandria, RobertJLee, JM: cada uno a vuestra manera, en uno u otro momento, l@s tres habéis indicado que es posible que “la culpa” – permitidme decirlo así a falta de otro término mejor- sea de los directores. Dejadme que discrepe: actúan “ad mentem patris” y son reflejo de la cabeza. Si la cabeza ignora lo que está sucediendo, el problema es mil veces más grave de lo que parece. Si se lo ocultan, todavía es peor. Si lo sabe y no sabe cómo reaccionar, por lo menos sabe que tiene un problema. Si lo sabe y esconde la cabeza en la arena, pensando que quien venga detrás se encontrará la patata caliente... sin palabras.

Siempre se nos dijo que “nadie era un verso suelto”, que los directores hacían las veces del padre y que por eso obedeciendo uno no se equivocaba jamás: ¿qué ha pasado para que de repente la crítica a los directores sea permitida? ¿O es que el terremoto ha llegado a un punto en el que hay que defender a la cabeza a cómo dé lugar, aunque sea cortando las cabecitas que están debajo?

Y JM, no cuentes conmigo para tirar ninguna piedra :-)) Al revés, me alegro mucho de que habléis de todo esto con delegaciones y asesorías y comisiones. Alucino de que os atreváis y aplaudo que seáis valientes, en mis tiempos el mero pensamiento hubiera supuesto que temblara la tierra, se conmovieran los poderes del cielo y se rasgara de parte a parte la cortina del templo. Si por lo menos ahora se puede hablar, igual sí se ha ganado algo.

Y ya lo sabéis: si en un momento dado queréis hablar, comentar, quejaros, maldecir, gritar, llorar, reír, decir “M de todo” o “qué feliz soy”, estamos aquí. Siempre digo lo mismo, pero como tengo la esperanza inquebrantable de que cada día llegue a la página algún/a “in” nuevo/a, pues eso, que lo sepa y se dé por aludido/a: mmctranslations@gmail.com  está a vuestra disposición.

Mediterráneo