Bienvenido a Opuslibros
Inicio - Buscar - Envíos - Temas - Enlaces - Tu cuenta - Libros silenciados - Documentos Internos

     Opuslibros
¡Gracias a Dios, nos fuimos
Ir a la web 'clásica'

· FAQ
· Quienes somos
· La trampa de la vocación
· Contacta con nosotros si...
· Si quieres ayudar económicamente...
· Política de cookies

     Ayuda a Opuslibros

Si quieres colaborar económicamente para el mantenimiento de Opuslibros, puedes hacerlo

desde aquí


     Cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información aquí

     Principal
· Home
· Archivo por fecha
· Buscar
· Enlaces Web
· Envíos (para publicar)
· Login/Logout
· Ver por Temas

     Login
Nickname

Password

Registrate aquí. De forma anónima puedes leerlo todo. Para enviar escritos o correos para publicar, debes registrarte con un apodo, con tus iniciales o con tu nombre.

     Webs amigas

Opus-Info

NOPUS DEI (USA)

ODAN (USA)

Blog de Ana Azanza

Blog de Maripaz

OpusLibre-Français

OpusFrei-Deutsch


 Correos: La utopía está en el horizonte.- RobertLeeJones

010. Testimonios
RobertLeeJones :

En su escrito "En diálogo con RobertLeeJones" JYAB, muy amablemente, observa: "me ha dado tristeza porque parece que se queda donde está, sin dar ningún paso para cambiarlo, sin dar ningún paso para cambiarse él...".

Trataré de explicar esto, aunque  no tengo demasiada fe en mis "explicaderas".

Ya no soy joven. Mi juventud (y todos sus recuerdos) quedaron en el Opus Dei. La mayoría de esos recuerdos son buenos, positivos... divertidos también. ¿Negativos? Claro que hay, pero menos.

En mi caso particular, fui yo quien golpeó la puerta y quien vibró con los ideales de la Obra. Mis padres no eran de Casa, nadie me presionó...



De vez en cuando vuelvo a escuchar aquella "música" que me hizo soñar: cuando veo el esfuerzo de muchos supernumerarios en sacar adelante su familia; cuando entre el formalismo y el acartonamiento de nuestra fraternidad se cuela el aire fresco de un auténtico afecto, de una buena escucha, de un corazón noble; cuando coincido con algún sacerdote de profunda vida interior, y podemos hablar de Dios sin reducirlo a cumplir normas de un plan de vida, en fin, hay buenos momentos.

Mi vida no pasa demasiado por la institución: no estoy en un consejo local, no trabajo en una obra corporativa ni labor personal ni nada. Sé que esto es bastante excepcional.

Soy un civil. Mis jefes, mis compañeros, son personas de todo tipo. El tema de Dios ha salido con cada uno en alguna ocasión, naturalmente. No tienen demasiados prejuicios ni simpatías por la Obra,  normalmente me respetan, como respetan a los que se dedican a la Filatelia, a la pesca con mosca o al cine iraní. Cada loco con su tema.

Pero cuando uno tuvo cáncer (y después, falleció), pude hablarle al corazón y murió con los sacramentos y esperanzado. Yo era el que sabía del tema, es mi rol. Los demás esperaban eso de mí, porque yo soy "el del opus".

Cada tarde, al volver, para mí es una felicidad encontrarme con que en mi casa hay un sagrario, me gusta rezar tranquilo o simplemente estar allí.

La cena y la tertulia para mí son agradables (casi siempre), porque quiero a los de mi casa y me interesan sus cosas.

Y  los fines de semana, un poco de deporte con amigos, una buena novela, malcriar a los sobrinos y ocuparme del jardín de casa, y vamos tirando. Durante años estuve en catequesis en barrios pobres, pero ahora ya estoy un poco viejo para eso.

Tal vez lo más duro sean los "medios de formación", los círculos (previsibles, voluntaristas, aburridos), las meditaciones (previsibles, voluntaristas y aburridas) y los cursos anuales, donde tienes sobredosis de meditaciones, charlas, catecismos, clases, sesiones de trabajo y comentarios de cartas.

La formación (previsible, voluntarista y aburrida) te sale por las orejas. Pero se puede sobrevivir... y de vez en cuando alguien te sorprende, te divierte y te entusiasma. Es cuando vuelve a resonar esa "música" de la que hablaba antes.

La paso francamente bien en los cursos de retiro, donde hay más tiempo para pensar, rezar, hay más silencio...

No soy un desgraciado, aunque comprendo que otros pueden, con toda razón, decirme que en realidad soy un solterón, un marginado, un idiota. Que debería irme (mi vida "civil" no cambiaría en nada, a mis jefes les importa un pimiento si soy o no de Casa), buscarme una mujer, casarme, tener hijos... Que mi vida no tiene sentido... o que soy un egoísta, que vive como un duque, sin compromisos. Lo he pensado, creo que a fondo.

Como dije antes, ya no soy joven. Eso quiere decir que he visto muchas cosas, muchos fracasos existenciales, muchos errores. Y puedo decir que, gracias a Dios, no soy un fracasado ni me arrepiento de la vida que viví en el Opus Dei. Y que tampoco estoy siendo un parásito ni un solterón (en el sentido afectivo de la palabra) porque trabajo duro, porque amo de verdad a Dios y llevo en el corazón a mucha gente.

No puedo cambiar lo que hay que cambiar en la Obra. No soy lo suficientemente inteligente, santo ni enérgico. He visto que hay cambios en el Catecismo. Ya es algo. También hay una clara indicación del Vaticano de revisar el modo de llevar la dirección espiritual. Eso va bien. Otros temas, tarde o temprano serán estudiados, ya los he mencionado antes. ¿Qué puedo aportar para renovar la Obra?

Yo creo que mi aporte es vivir honestamente.

Vivir con alguien que desinteresadamente te aprecia, es algo grande. Quiero que los que vivan conmigo sientan eso.

Tener un amigo al que le preocupas de verdad, sin que espere nada de ti, es algo maravilloso. Quiero que mis amigos tengan ese amigo en mí.

Trabajar con alguien que se esfuerza por hacer las cosas bien, con buen humor, siempre, es inspirador. Quiero que mis compañeros de trabajo tengan esa experiencia al verme cada día.

No le pedí mucho a la vida. Un lugar donde pueda servir a Dios y a los demás. Y lo tengo. Esa es mi vocación, mi razón de ser. De las autoridades de la Obra, ¿qué espero? Que me sigan dejando en paz. Y que cambien, para bien de sus súbditos... y de ellos mismos.

JYAB, no sé si te tranquilizo con esto o te confirmo en tus inquietudes. Si me conocieras personalmente verías que, por mi historia personal, soy bastante simple. Me arreglo con poco, no pido nada, vuelo bajo. Vengo así de fábrica. Te agradezco la cita de Julián Marías y tus deseos de luz, ¡gracias!

También mi agradecimiento a Mineru, a atodon y a Colorcaqui. A éste último, le dedico esta cita de Eduardo Galeano: "La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar."

RobertLeeJones




Publicado el Friday, 11 March 2011



 
     Enlaces Relacionados
· Más Acerca de 010. Testimonios


Noticia más leída sobre 010. Testimonios:
Diecinueve años de mi vida caminando en una mentira: OPUS DEI.- Ana Azanza


     Opciones

 Versión imprimible  Versión imprimible

 Respuestas y referencias a este artículo






Web site powered by PHP-Nuke

All logos and trademarks in this site are property of their respective owner. The comments are property of their posters, all the rest by me

Web site engine code is Copyright © 2003 by PHP-Nuke. All Rights Reserved. PHP-Nuke is Free Software released under the GNU/GPL license.
Página Generada en: 0.140 Segundos