Probablemente el nuevo Lector quede con el interrogante de ¿Qué sucederá el 19 de marzo? No crea que es la nueva fecha del fin del mundo pronosticada por el calendario Maya.

Cuenta la historia que, en los albores de la fundación de Escrivá de lo que Dios le hizo "ver", tuvo que adaptarse a la forma jurídica de Pía Unión - al modo de los religiosos - y elaborar su respectiva Constitución y fecha de renovación de votos de pobreza, castidad y obediencia. Entonces, Escrivá -aparentemente- elige la fiesta de San José para esta renovación. Posteriormente, la renovación pasa a ser de "modo privado" pero se mantiene la figura de dar cuenta al Superior, en este caso el Director del Centro, de tal hecho. Particularidad de una institución cuya esencia y vinculación proclama ser de "vida ordinaria". Dirán los canonistas de Escrivá que es a modo de "renovar un contrato"...

Esta renovación la hacen todos los fieles célibes que aún no se les ha aprobado hacer la "fidelidad" (semejante a los votos perpetuos de los religiosos). Para el caso de los no célibes, absolutamente todos deben hacerla ¿Y cómo se hace? Mentalmente, se le dice a Dios que uno quiere mantener los compromisos o seguir siendo de la Prelatura. Curiosamente, estos compromisos -para el Lector curioso que quiera indagar- puede preguntarlos a cualquier fiel de la Prelatura si le dieron para leer y aceptar la forma de vida que iba a llevar y tendrá un "no" por respuesta.

Iremos por actos de este singular rito inventado por Escrivá y recogido en el libro "De Spiritu" y el "Ceremoniale":

Acto 1: el fiel de la Prelatura renueva mentalmente su compromiso ante Dios de mantenerse fiel a la Prelatura.

Acto 2: debe comunicarlo discretamente al Director del Centro, acción curiosa, toda vez que varios teníamos que hacer cola y pasar al despacho para decir un simple "renové". El Director sugiere que es una buena ocasión para escribir al Prelado. Es obligatorio comunicarlo al Director, tanto los célibes, no célibes y hasta los aspirantes. Pero esta obligatoriedad que consta en su Constitución es laxa, de modo que, si hay alguno que no ha renovado en fecha porque quiere pensárselo, se le pide que renueve hasta que "Dios le dé luces" y, luego se comunica a la Sede Central de la Prelatura la cantidad de quienes renovaron: numerarios, agregados y super numerarios. Aunque el Opus Dei proclame que "no nos importan los números" sí que es importante enviar a Roma estadísticas de fidelidad y crecimiento. Asunto interesante, del cual fui testigo, es que una persona que no renovó y que no era demasiado útil ni para la labor ni para el Centro (no era apostólico, pocos ingresos, terco de carácter, etc.,) y encima con dudas de vocación, se me indicó decirle: "sugiérele que no renueve" y en otro caso, en el que el chico estaba inconsciente por una grave enfermedad, fue lo mismo. Cuando recuperó la conciencia tras la intervención quirúrgica, se me indicó: "no le menciones nada de renovar", toda vez que iba a ser gravoso el mantener una persona enferma.

Acto 3: el fiel que ha renovado tiene que ir carburando quienes serán los candidatos a inscribir en la Lista de San José.

Acto 4: reunidos todos los fieles en un ambiente, para el caso de los no célibes lo hacen días previos, se invoca al Espíritu Santo con la oración del "Veni Sancte Spíritus" y se procede a abrir el sobre que contiene los nombre de los inscritos en la Lista de San José del año anterior.

Nota: La Lista de San José es un documento escrito que consta de el nombre de un candidato en seguimiento para que sea fiel de la Prelatura -de preferencia célibe- cuyo nombre ha de ser previamente consultado en la charla personal que el fiel célibe sostiene con su Director. Al lado del nombre del candidato se registra quién lo propuso tan solamente con las siglas. En mi caso, por ejemplo, NW.

Acto 5: Sentados ya todos, se procede a leer la lista sin mencionar al proponente. Creo yo porque quien lo propuso puede haber abandonado la Prelatura y no conviene. Si alguien se hizo de la Prelatura se aplaude y vitorea, si lo hizo como fiel no célibe aún siendo joven se dicen cosas como "ya será más generoso" (como si los jóvenes no célibes fueran menos generosos).

Acto 6: Se procede a romper la lista (triturarla, ni siquiera arrugarla y echarla al tacho). El que tiene mejor caligrafía -solía ser yo- en hoja nueva va tomando nota de los futuros candidatos. El papel va sin encabezado.

Acto 7: los reunidos sólo pueden proponer tres candidatos como máximo (no se sabe el porqué ya que a los fieles se nos pide mantener un grupo de seguimiento de quince amigos y cinco posibles). Se mencionan los candidatos por turno, ya sea en sentido horario o anti horario. Antes de ser inscrito, quien lo propone tiene que presentarlo a los demás (aunque todos lo conozcamos), como por ejemplo: "Nicanor Wong, ya hace su plan de vida completo, está leyendo Cuadernos 7, se está cuestionando si Dios le llama, tiene dirección espiritual constante..." En el peor de los casos puede suceder algo como: "Perico de los Palotes, aún no ha venido por el Centro, es un amigo de Universidad, buen estudiante, primero de la promoción". Tras ello se procede a escribir su nombre y apellido y las siglas de quien lo propone. Así hasta agotar a los proponentes. El papel es doblado y metido en sobre en el que se escribe "Lista de San José y el año". El sobre debe quedar sellado. Se le ordena a alguno de los Directores guarde el sobre en archivo bajo llave.

Acto 8: Todos se ponen de pie y, nuevamente, invocan la segunda parte de la Oración al Espíritu Santo. Culmina la Ceremonia.

La finalidad de esta fecha será doble: renovación y seguimiento de nuevos prosélitos.

Las preguntas que se plantean para los historiadores no oficiales de la Prelatura serían:

- ¿Cómo nace la forma de este ritual?

- ¿Es copia de alguna congregación o congregaciones religiosas? Hay que tener en cuenta la cercanía de Escrivá a las formas de la Fundación de Teresa de Jesús y las constantes visitas a Conventos de Clausura.

- ¿Cómo fue variando en el tiempo esta ceremonia?, ¿Por qué se introdujeron esas modificaciones? Importante tener en cuenta que la Prelatura suele decir que, desde que Dios le hizo "ver" a Escrivá el Opus Dei, dejó toda su forma y estructura por escrito, asunto que dudo y ninguno de sus biógrafos oficiales ha presentado documentación.

Pero, ¿Por qué hay que invitar a historiadores no oficiales? Porque los oficiales tienen que pasar constantes revisiones desde Roma sobre sus escritos para recoger allí lo que conviene. Los no oficiales pueden recoger información desde otras fuentes que no sean únicamente las indicadas por la Prelatura.

Nicanor

nicanor.wong@gmail.com