Conocí a una agregada ya fallecida, una buena mujer y una buena cristiana, muy admirada por todas, le habian enseñado a ella, y en general a todas que todo lo que le sucediera en la vida venía de Dios, era la cruz de Cristo que preguntaba por ella. Todo lo que le hacía sufrir era para purificarse.

Esto para las directoras era un alivio pues de este modo hacían sus fechorías sin tener remordimientos de conciencia. Le exígian cada vez más sin contar con la edad que tenía ya, las directoras la puteaban de una manera excesiva y después se iban a rezar como si no hubiera pasado nada. Yo lo viví muy de cerca, y la vi sufrir y llorar y tenía que seguir luchando. Cuando falleció le hicieron infinidad de homenajes como santa cristiana pero ella ya no estaba en este mundo.

Esta es la conciencia que se respira: cruedad, frialdad, insensibilidad, aunque en el opus le llaman "exigencia" y me acordaba de la pelicula "Los pilares de la tierra" os aconsejo que la veais; el obispo malvado que mataba, falseaba la verdad, y toda su vida fue un engaño y después por la noche, en su cuarto se flajelaba escandalosamente y siempre decía: Todo está permitido para que la Iglesia siga adelante, y todo era: matar, engañar, manipular, robar, etc., de la forma más natural y más tarde hacía sus oraciones. Pues en el opus, todo está permitido, hasta las más tremenda injusticia, le avala la cruz de Cristo.

Gálatas,6