No sé quien eres, ni a que te dedicas, ni tu edad, ni tu sexo, ni tu historia... pero te doy las gracias por tu escrito "la libertad de las conciencias en el opus dei".

Nunca nadie que no sea yo misma podrá saber la luz que le proporcionó a mi inteligencia y corazón este documemto en un momento tan difícil. Fue un rayo de luz que me arrancó a sacar fuerza y retomar una vida que ya no quería vivir. Fue un alivio a tanta incertidumbre e inquietud. ¡Gracias gracias gracias! Ni te imaginas lo que me ayudaste sin saberlo.

Estaba metida en un pozo del que me negaba a salir y no entendía nada de lo que me había pasado. ¡Aún recuerdo cómo os leía desde una biblioteca pública cuando era numeraria porque no dejaba de entrar gente en el cuarto del ordenador del centro en el que vivía! Tenía poco tiempo asi que leía algunos testimonios muy deprisa. Os empecé a leer cuando ya me habían dicho que "a casita que estás enferma"

Leyendo a Nicanor me he acordado de avisos que nos daban en los circulos tipo: usad la escobilla en el wc, echad a lavar la ropa cuando esté realmente sucia, no pongáis lavadoras por cuenta propia... ¡y pensar que todo me parecía normal! Tampoco olvidaré cuando siendo ya ex conté a mis amigos que debía llamar a la madre de san Chema la abuela... aún se están riendo.

Abrazos,
Exnumeraria