Dar lectura a uno de los relatos como el de Maquina repelen por la falsedad amical que hay tras todo ese seguimiento detrás de su hija ¿Quién puede creer que en verdad la llaman porque la extrañan?, ¿Porque la quieren?, ¿Porque se han quedado sin una numeraria para la estadística?, ¿Porque ya no habrá un ingreso en la Caja del Centro?, ¿Porque su rebeldía atraía a otras chicas más dóciles para el proselitismo?

Un respiro para Maquina y comparto su dolor por el hostigamiento. No puedo sino aconsejarle lo que me aplicaba la familia de un chico al que perseguía para que pitase. Cada vez que llamaba a su casa me ponían al fono a la hermana pequeña:

-       ¿Bueno con Javier?

-       ¿De parte de quién?

-       De Nicanor

-       ¿Qué Nicanor?

-       Wong, amigo suyo del Centro Cultural

-       ¿Qué Centro Cultural?

-       Al que asiste

-       ¿Y porque mi hermano asiste?

-       Pues… ¡Porque quiere!

-       ¿Y por qué quiere?

-       Mira, te mando unos chocolates con tu hermano si me lo pones al fono

-       No, no, no… primero me respondes

Y así hasta que le dejaba el mensaje que nunca le trasmitía. Obviamente no existían móviles ni PC´s. Tranquilo Maquina, deja que tu hija recupere esa libertad que ha tenido constreñida. Hoy, más que nunca, tiene que saborear el aire de la normalidad. Salir al campo, a la playa, al cine, a fiestas con sus primas, primos, amigas y amigos que dejó.

El intercambio de opiniones y experiencias es una experiencia maravillosa. Por ejemplo, conversar con otras numerarias de su edad que ya no sean del Opus. Ojo, Maquina. Algunas y algunos que abandonan el Opus dan un giro radical a sus vidas como efecto del encierro de muchos años. Recuerdo un chico que al poco se hizo Punk y andaba con todo tipo de colgajos y grupo digno de salir para un carnaval de pinturas y tatuajes.

Seguro que ella conoce chicas “de las que ya no se habla” que dejaron de ser de la Obra y conservan aún candor y normalidad de su juventud.

Nicanor

nicanor.wong@gmail.com