Hola SERE,

Probablemente varios te contestarán a esta inquietud tuya por la vuelta de un hijo numerario a casa. Toma el mejor de los consejos, o toma lo mejor de cada consejo. Te aporto el mío. Soy un par de años mayor que su hijo, y dejé la obra hace 10 años. En mi caso, mis amigos que conocía bien el Opus me ayudaron bastante a ir integrándome en la vida social, pero también supuso un esfuerzo por mi parte.

En relación con su hijo, le aconsejo que tengan paciencia los dos: usted con su hijo, todavía le verá intentando mantener ciertas costumbre y habitos que tenía cuando era numerario: rezar el Rosario después de comer, misa diaria, etc..., no se preocupe, es normal, poco a poco irá bajando el ritmo y adaptando su prácticas de piedad a su modo del ser y creer. Si por el contrario toma la postura contraria: no pisa una iglesia, no reza nada... también tranquilidad, es fruto de un fuerte rechazo. Y también aconseje a su hijo que tenga paciencia consigo mismo. Que no intente conocer el mundo de una vez, y recuperar el tiempo perdido, pero que tampoco se quede en casa sin salir. Si tiene ocasión que trabaje con gente que no sea de la obra, ni siquiera la conozca. Es bueno que vaya saliendo del circulo opus, y que vea que la chica esa que viste de manera rara, es una persona maravillosa, que está deseando conocer a un chico que le quiera... que no piense que solo se enamoran las supernumerarias.

Por otra parte, tenga presente que su hijo va ha romper con todo con lo que ha creido, y además, con lo único que ha creido. Por decirlo de alguna manera: se ha divorciado de la única novia/ mujer que ha tenido. Ahora tendrá que reconstruir todo de nuevo, cambiar de arriba a abajo su estructura mental. Este es un proceso lento, que supone analizar cuáles son las bases inamovibles, y qué es lo cambiante. Es decir, soy creyente de Dios y por tanto mi fe no cambia por mucho que cambie las circunstancias, pero no pasa nada por no ir a misa diariamente, o por irme a tomar una copa con un amigo y no ir a casa para cenar. A su hijo le diría mil cosas, pero sobre todo que sepa que los años que estuvo allí, en la obra, no fueron años perdidos, el se entregó de corazón y dió el 100% de su tiempo, durante 13 años a algo en lo que creía, y que su conciencia tiene que quedarse muy, muy tranquila. No ha traicionado a nadie, ni mucho menos se va a condenar (un secreto, Dios Nuestro Padre, sigue siendo Nuestro Padre y sigue queriendo nuestra salvación, aun fuera de la Obra y aunque seamos unos ateos convencidos...). Perdona que sea tan caótico en la exposición, pero sobre todo, tranquilidad, las cosas irán saliendo poco a poco y a disfrutar y reir mucho, que todavía nos queda mucho tiempo para dar guerra en este mundo. Ah, y si le digo la verdad, tengo hasta nostalgia de esos días en los que vas descubriendo poco a poco mil cosas que te habías perdido: la amistad, el amor, el cariño, la risa, la libertad de hacer lo que uno quiere sin dar explicaciones,...

Un saludo,

dhelas